Este edificio estuvieron pensando en tirarlo hace unos años: una operación urbanística de la Universidad para hacer en su lugar un hotel. A mí entonces me alegraba que lo tiraran, ahora no. El COAG creo que protestó, explicando que era uno de los primeros edificios hechos con piezas prefabricadas. Ahora yo estaría decididamente con el COAG. Miradme mal, pero el hormigón y las piezas prefabricadas ahora me enamoran:
Es una parcela triangular. Empezamos por la parte más cercana a mi casa (al fondo, la torre del reloj):
A mí estas paredes de hormigón ahora me entusiasman:
Rodea todos los edificios una valla, también de hormigón, chulísima.
Debajo, sillas antizurdos, merecidamente castigadas (y me quedó una foto chula):
Y aquí las piezas prefavricadas:
Por si alguien está empezando a arrugar la nariz, mirad el ciruelo florecido delante:
Y si uno mira desde un lado, tampoco se ve tan sucio:
Umm, so thrilling:
En el otro extremo, la pared la han limpiado y es otra cosa:
Mañana seguimos con la fachada principal, más impresionante todavía.
El arquitecto es Fernando Moreno Barberá.
Hay un artículo suyo "Escola de Maxisterio", Obradoiro.17, 1990, 27-28. Tengo que mirarlo.
De la 2 a la 9, las que más me gustan. Sobre todo 6, 7 y 9.
ResponderEliminarEn fin en fin... Pero es cierto: limpio y sin la humedad de miña terra galega no queda tan mal. En fin.
ResponderEliminarLimpio está estupendo
ResponderEliminarMe estás empezando a convencer. Aunque realmente la mirada del fotógrafo, su entusiasmo hace mucho...
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