Me cayó en gracia un cuadro de Hamilton con un obispo (anglicano, claro) y su nieta: todo vagamente clásico -son los jardines de Villa Borghese-, elegante, decadente. Luego resulta que tenía opiniones materialistas y era agnóstico (!): es ese mundo de los pastores anglicanos, algunos de ellos fervientes, muchos funcionarios o altos cargos de una iglesia estatal, cabía todo porque lo importante no era lo importante.
Yo a esos pastores, sabiendo que no son sacerdotes, les tengo simpatía, sobre todo desde que leí El vicario de Wakefield, de Goldsmith (irlandés también). Pero prefiero un cura cazurro irlandés a mi lado para darme los sacramentos: ahí está la paradoja.
Esos días en Dublin le daba vueltas a la pena de que la República de Irlanda se llegase a independizar: habría podido seguir en Gran Bretaña aportando lo suyo, en un marco nuevo. Prefirieron ser cabeza de ratón y me parece evidente que eso les perjudicó. Hay una tragedia también ahí: la de los irlandeses de origen inglés, algo que se me hizo evidente al releer un relato de Evelyn Waugh: Bella Fleace da una fiesta. Empieza así:
Ballingar is four and a half hours from Dublin if you catch the early train from Broadstone Station and five and a quarter if you wait until the afternoon. It is the market town of a large and comparatively well-populated district. There is a pretty Protestant Church in 1820 Gothic on one side of the square and a vast, unfinished Catholic cathedral opposite it, conceived in that irresponsible medley of architectural orders that is so dear to the hearts of transmontane pietists. Celtic lettering of a sort is beginning to take the place of the Latin alphabet on the shop fronts that complete the square. These all deal in identical goods in varying degrees of dilapidation; Mulligan’s Store, Flannigan’s Store, Riley’s Store, each sells thick black boots, hanging in bundles, soapy colonial cheese, hardware and haberdashery, oil and saddlery, and each is licensed to sell ale and porter for consumption on or off the premises. The shell of the barracks stands with empty window frames and blackened interior as a monument to emancipation. Someone has written The Pope is a Traitor in tar on the green pillar box. A typical Irish town.
Esto me vino también a la cabeza también al ver un gran debate en la universidad de Biola sobre el arte y su presencia entre los evangélicos: gente excelente, buscando. Salen los nombres de Flannery O'Connor Marylinne Robinson, Shakespeare. Sencillamente fascinantes. Y el mejor, un pastor presbiteriano escocés, Trevor Hart.
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