La iglesia que hizo Newman para la Universidad me interesó muchísimo y me gustó mucho:
Había aprovechado una parcela rectangular para una iglesia con aire de basílica romana:
Me quedé, sentado, mirando la iglesia pobre -si se compara con la riqueza de las basílicas romanas y de inglesas similares-, ejecutada con cierta tosquedad -si seguimos comparando, que no deberíamos. Pero todo me hablaba del inmenso cariño que le puso Newman, entre dificultades sin cuento: al final, tuvo que poner él buena parte del dinero.
Aquello me pareció un trasunto del cielo (lo que debe de ser toda iglesia, por lo demás):
El ábside tenía un modelo en san Clemente de Roma. Pero aquí estaba la Virgen en el medio, rodeada de santos:
El altar, con la decoración también de aire romano, tenía esa curiosa cubierta de inclinación similar al púlpito (me imagino que para facilitar la reverberación del sonido):
Ya digo que era una iglesia que se quedaba pobre, pero en aspiraciones era grande. Y en los laterales, santos. Entre ellos, san Felipe Neri:
Y empezó la Misa y una chica cantaba con una voz tan bonita que daba ganas de morirse allí mismo. Yo ya había estado en Misa a las 7 de la mañana (un sacerdote asistente al Congreso, que nos leyó un pasaje de Revelation en la homilía, justamente la escena apocalíptica), pero me quedé allí hasta el sermón -tercer cura negro en tres iglesias distintas de Dublin en tres días seguidos- por escuchar aquella música maravillosa, pura piedad en su sencillez, que podíamos cantar todos y que era grandiosa a la vez.
Y en un lateral está ahora Newman:
Y si os han sabido a poco mis desvaídas fotos, aquí tenéis una serie excelente y aquí otra.
Tengo a mi lado el primer tomo de los sermones. Me pongo a ello ahora mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Es que la música... ya me entiendes.
ResponderEliminarUn abrazo