Sigo mirando "Cuentos de Tokio". No me extraña que S. Sontag la viera al menos una vez al año, según decía, y mi hija, que la lee no sé si por propia iniciativa o por cuestiones de la carrera, lo asegura también. Soy lento o voy lento en la mayoría de las cosas, pero no me suelo olvidar, eso también. Me acordé del tema de la película cuando, al volver de Berlín el otro día pasamos por casa de mi hijo y comimos allí. Y en Berlín mismo también, ya que es en estas ciudades a las que nunca pensé que iría ni siquiera de turismo en las que más de pueblo me siento, y observo con curiosidad la desenvoltura de los demás, en el metro, en los aeropuertos, en el hotel, en los museos, en las calles, en los bares o restaurantes, en las librerías... muchos parecen hacer eso muchas veces a lo largo de su vida, lo tienen incorporado a sus automatismos. Me acordé de ti cuando mi hija, 20 años, quiso entrar a curiosear en el Hard Rock Café, aunque luego pensé que tú hablabas del Starbucks. En fin. Sí he visto imágenes en la película que recuerdan a algunas fotos que he hecho, es verdad, por intuición en mi caso, aunque ahora tengo en cuenta, si puedo pensar antes de hacer la foto, más elementos que antes, por ejemplo los cables o los objetos que, colocados muy cerca de la cámara y desenfocados, dan a la foto más profundidad. Eso si hay tiempo, si no, como todos: apunten, disparen y suerte.
Estoy haciendo "informes académicos". Tu foto, ahora, me parece de otro mundo,y me gusta mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarEs de cuando Santiago deja de estar todo gris y se pone de colores brillantísimos.
ResponderEliminarSigo mirando "Cuentos de Tokio". No me extraña que S. Sontag la viera al menos una vez al año, según decía, y mi hija, que la lee no sé si por propia iniciativa o por cuestiones de la carrera, lo asegura también. Soy lento o voy lento en la mayoría de las cosas, pero no me suelo olvidar, eso también. Me acordé del tema de la película cuando, al volver de Berlín el otro día pasamos por casa de mi hijo y comimos allí. Y en Berlín mismo también, ya que es en estas ciudades a las que nunca pensé que iría ni siquiera de turismo en las que más de pueblo me siento, y observo con curiosidad la desenvoltura de los demás, en el metro, en los aeropuertos, en el hotel, en los museos, en las calles, en los bares o restaurantes, en las librerías... muchos parecen hacer eso muchas veces a lo largo de su vida, lo tienen incorporado a sus automatismos. Me acordé de ti cuando mi hija, 20 años, quiso entrar a curiosear en el Hard Rock Café, aunque luego pensé que tú hablabas del Starbucks. En fin. Sí he visto imágenes en la película que recuerdan a algunas fotos que he hecho, es verdad, por intuición en mi caso, aunque ahora tengo en cuenta, si puedo pensar antes de hacer la foto, más elementos que antes, por ejemplo los cables o los objetos que, colocados muy cerca de la cámara y desenfocados, dan a la foto más profundidad. Eso si hay tiempo, si no, como todos: apunten, disparen y suerte.
ResponderEliminarUn abrazo