Gacela
Me llamaban Gacela por mis ojos,
oscuros y profundos como un lago
al que asomarse en medio de la noche
y descubrir la paz y la sorpresa.
Me llamaban Gacela, sobre todo
por mis piernas delgadas y flexibles,
ágiles para el baile y la escapada,
tan veloces, tan finas, tan capaces.
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