jueves, 19 de septiembre de 2013

De reportero en la selva

Se puede estar de varias maneras en un sitio: como una maceta, presente sin más o estar con la intención. Yo quería estar en la tesis de Antón y lo conseguí:


Y mira que son raros estos de ciencias: pocas páginas (¡no llegaba ni a 180 con índices y todo, y luego que está todo lleno de gráficas!). Aunque bueno: en inglés, que cuesta más, claro.
Le dedican los de ciencias un montón de espacio a los agradecimientos (casi parecía la entrega de los Oscar): hasta va a resultar que tienen su corazoncito. En las humanidades, en cambio, todo lo más un párrafo avergonzado y un mención entrecortada en la exposición.

Yo lo más que había visto en una tesis era a diez personas y por compromiso. Pues todos estos asientos se llenaron y hasta había gente por el suelo. Antón tuvo que quedarse de pie para defender su tesis:


Entre el tribunal dominaba el estudiado desenfado del profesor de película enrollada de Universidad yanqui de la Aivilig.

Antón lo tenía todo preparado al milímetro: la presentación con todas las gráficas, los puntos salientables, las bromas medidas y un poco frikis marca de la casa.

Claro, el tribunal estuvo en su papel haciendo ver que sabían más. Y que si gracias al director de la tesis. Y que si es un honor estar aquí. Y qué prometedor futuro del 'doctorando'.

Antón no se frotó las manos antes de contestarles porque es bien humilde, pero hubiera podido. Y les fue explicando -qué buen profesor será: debería haber colas a la puerta de la Facultad ofreciéndole trabajo- con gran paciencia lo que entonces descubrieron que en realidad no habían acabado de entender.

Grandísimos aplausos que se oyeron hasta en Santiago de Compostela (y algún poco académico hurra). Grandes abrazos y gran alegría.

Y en vez de irse con el tribunal a pagarles una comilona, montó para todos una comida de pinchos en la típica aula que nadie usa (qué rancia es la Complutense). Los becarios de Biología salieron de la sima del hambre en ese rato -las becas o el haber dejado de tener una, eso es un problema para comer caliente a diario.

[todo esto, claro, basado en hechos reales. Todos los detalles exactos, en el blog de Antón]

5 comentarios:

  1. Aivilig = Ivy League = Liga de la Yedra (círculo de universidades privadas norteamericanas de gran prestigio: Harvard, Yale, etc.).

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  2. Me alegro por él, y por ti. Y que su futuro no sea tan incierto como lo es hoy. Espero que mi hijo lea la suya en un par de años (genética vegetal), hoy tiene una "comunicación oral" en un Congreso de Genética, espero que le vaya bien.

    Un abrazo

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  3. No me lo puedo creer... cuando me dijiste que ojalá hubieras podido venir, porque te encantaría escribir una entrada ligeramente socarrona sobre "las tesis de ciencias"; y yo te pedí que al menos te la inventaras, que no me quería quedar sin leerla, no me imaginaba que acabarías haciéndolo... Pero desde luego lo que no me esperaba era que ¡ibas a acertar en TODO! ¡Mil gracias!

    ... ahora que, de haber venido, sí habrías tenido material más que de sobra para afilar el colmillo. Qué grandísima entrada (no mejor que ésta, sino diferente; una especie de "segunda parte") se ha perdido el mundo...

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  4. "Entre el tribunal dominaba el estudiado desenfado del profesor de película enrollada de Universidad yanqui de la Aivilig." jaja Enhorabuena al premiado, es muy divertida esta entrada.

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  5. Vuelvo casi ocho años más tarde a admirarme de lo bien que clavaste todo lo que pasó sin estar presente; más que intuición, fueron casi artes adivinatorias... Y vuelvo a darte las gracias de nuevo por este regalo.

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