Lisias recuerda cómo había sido la vida de su familia en la época democrática:
οὑμὸς πατὴρ Κέφαλος ἐπείσθη μὲν ὑπὸ Περικλέους εἰς ταύτην τὴν γῆν ἀφικέσθαι, ἔτη δὲ τριάκοντα ᾤκησε, καὶ οὐδενὶ πώποτε οὔτε ἡμεῖς οὔτε ἐκεῖνος δίκην οὔτε ἐδικασάμεθα οὔτε ἐφύγομεν, ἀλλ᾽ οὕτως ᾠκοῦμεν δημοκρατούμενοι ὥστε μήτε εἰς τοὺς ἄλλους ἐξαμαρτάνειν μήτε ὑπὸ τῶν ἄλλων ἀδικεῖσθαι (12.4).Al corregir el examen un alumno analizó la consecutiva (οὕτως ... ὥστε) como modal: "nuestro modo de vivir como demócratas [democratóumenoi: voz media, la acción sale del sujeto y repercute en él: «democratizándonos, viviendo en democracia, beneficiándonos de la democracia»] era ni hacer ni sufrir injusticias". Me hizo fijarme más despacio en el texto. Y qué enorme definición de la democracia me pareció esa: vivir de tal modo que nadie sufra ni haga injusticias.
Mi padre Céfalo fue convencido por Pericles de venir a esta tierra y vivió treinta años y a nadie nunca ni nosotros ni él encausamos en justicia ni nos encausaron, sino que vivíamos en democracia de tal modo que ni maltratábamos a los demás ni por parte de los demás sufríamos injusticias.
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