Y no es lo mismo ese título en Valencia que en Estocolmo: allí arriba todo giraba en torno a cómo gestionar la oscuridad (y a atesorar esa luz tan especial de cuando hay luz).
Se centraban en el periodo a caballo entre el siglo XIX y el XX, en cómo los medios humanos fueron haciendo posible una victoria progresiva (no definitiva, claro) sobre la noche.
Había un cuadro lleno de luz de Carl Larsson. Y una maravillosa acuarela suya de la luz rodeada de oscuridad. Y un retrato de una pintora (Jeanna Bauck) hecho por otra (Bertha Wegmann). Y la luz de un día de sol con nieve, o la lámpara que junta al grupo de amigos literatos, o la luz clara de una mañana entre ruinas o la casi total oscuridad con luces.
[ACTUALIZACIÓN 5 de agosto de 2020: han cambiando la web del Museo y todos los enlaces y fotos los he tenido que quitar: se ha convertido en una entrada opaca, oscura]
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