Guerra y Paz me costó seis meses de esfuerzo -sudar a base de bien- y la he conseguido acabar con un pundonor que creía que ya no tenía.
Era un tratamiento de choque contra la fictitis que vengo arrastrando, pero ni con esas se me ha curado; el triste hecho es que Tolstoi -y no le culpo a él, sino a mi ruin condición- se me ha hecho muy largo, salvo algunos gustosísimos oasis que me he ido encontrando cada doscientas páginas.
En cambio, Tiempo y vida de santa Teresa, de los carmelitas Efrén de la Madre de Dios y Otger Steggink me lo he bebido como si fuera Aquarius™, las mil páginas convertidas en lecturas continuamente precisas, provechosas, deleitables y continuamente edificantes en torno a Santa Teresa: eso que llaman 'contexto' y que es al final una mirada lo más serena y objetiva que han podido conseguir sobre alguien que sigue de todos modos sin dejarse apresar: una mujer que la miras, la admiras y te sigue quedando muy encima -y muy cerca.
Y ha sido como volver al Libro de la vida y las Fundaciones pero en estéreo. Qué grande santa Teresa y qué tremenda impresión, para lo mejor y para lo peor, transitar por el siglo XVI español.
Como no sé si todo el mundo comparte mis tolemias, lo más que me atrevo es a recomendaros el libro de Marcelle Auclair, que es una excelente -de otro modo y mucho más breve- introducción a santa Teresa.
Un detalle del libro de Efrén/Steggink (p. 980): en Alba, ya a punto de morir, desangrándose y con una amargura tremenda, santa Teresa pasaba el mal trago mascando un palito de regaliz.
Qué maravilla el regaliz. Y eso de que la mejor literatura secundaria te permite leer en estéreo me lo pido para uso personal. Gracias,
ResponderEliminarPues yo estoy ahora con Guerra y Paz. Me zampé el primer tomo este verano-son seis- y temo empezar con el segundo porque me engacha facilísma y poderosamente.
ResponderEliminar"Tiempo y vida de santa Teresa" es una obra magistral. Ahí está todo nuestro siglo XVI. Ya no se investiga así.
ResponderEliminarReciba mis saludos.
Fictitis.
ResponderEliminarGenial.
Tengo.
En este caso sí que es en estéreo, Enrique, porque como dice Retablo (que fue quien mencionó el libro y a mí se me ocurrió echarle un vistazo: y bien agradecido que le estoy por ello) el libro es una investigación magistral.
ResponderEliminarY don Javier, esto de la fictitis (estoy muy orgulloso de la palabra, Juan Ignacio) es lo que tiene: uno no puede disfrutar de lo que sabe que es bueno: es como estar ciego para algunos colores.