Cerca estaba el Parque nacional de Soomaa y nos acercamos un rato.
Es un sitio que en primavera se inunda y hay que ir en barca. En verano vas por caminos entre abedules y en algunas partes por pasarelas de madera con tela de gallinero puesta por encima para no resbalar:
Y con esa inundación de meses los árboles se pudren y se caen; no los quitan, porque así hay mosquitos y así también hay pajaritos (eso dicen, habrá que creerles). Y luego están los castores: madre mía qué estropicios montan para hacer sus casitas en el río. A mí me pareció muy mal lo de los castores, aunque en la foto queda hasta bien:
Aunque bien es verdad que dejan los troncos como lapiceros:
Lo de los castores -ciertamente- es un atraso. ¡Que los quiten!
ResponderEliminarEso pienso yo. De todos modos, yo castores no vi: sólo sus consecuencias.
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