Y allí vi la antigua biblioteca, de 1653, la más antigua pública del mundo anglosajón:

Estuvo en ella Marx, que leyó allí algunos libros (pocos y malos, y con poco provecho, por lo que se vio -y sobre todo por los 100 millones de muertos de los que en último extremo es responsable).
Había un armario con libros gordos, todos sujetos con gruesas cadenas a la madera.

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