Etiquetas: hacía tiempo que no me divertía tanto con un libro.
Me lo dio Eva -más bien se libró de él- y a mí me sonaba que ya lo había leído hacía años, pero lo volví a mirar, probando a empezar por la mitad, a ver si me sonaba: hasta que lo acabé y lo volví a empezar y lo acabé en la mitad por la que lo empecé.
Y varias veces a carcajadas, con sus comentarios mordaces: agudeza, inteligencia y humor.
Y de lo que más me alegro es de que creo que ya estoy preparado para disfrutar del Waugh humorista, al que nunca le había pillado la gracia, aunque tantos se la alababan.
Y luego resulta que han salido más cosas de Waugh:
Los de la editorial Menoscuarto me envían información sin habérsela pedido, pero no libros (y esos sí que se los he pedido, pero sin fortuna hasta ahora). Y ahí me enteré de la aparición de Neutralia. La Europa moderna de Scott King, en traducción de mi amigo Carlos Villar, que también hizo la de Hombres en armas para Cátedra (y es una edición excelente; a ver si los otros dos volúmenes de Espada de honor los traduce Carlos pronto).
Y también salió Obra inconclusa. Dos capítulos de una novela inconclusa, en Treviana.
Y Edmund Campion, la biografía de un mártir jesuita inglés. Su biografía de Knox me pareció sosa cuando la leí, pero ahora en el recuerdo va ganando.
Y sigo mirando en Homo legens y resulta que tienen publicada una crónica suya sobre Méjico: Robo al amparo de la ley. Y una novela, La prueba de fuego de Gilbert Pinfold.
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