Y por eso hay que decir, y lo voy a decir a gritos, que es UNO DE LOS MÁS GRANDES ESCRITORES ESPAÑOLES.
Y por seguir en línea de máximos: no he leído nada mejor sobre Castilla, nada menos maniqueo, nada en donde se ponga un mayor afán por asumir todo, pero sobre todo por poner el acento en el dolor que ha conformado Castilla y también España. Y me atrevo a citar un párrafo del final:
De estos encuentros, azares y "coincidencias" está hecha la urdimbre de la historia, que es como un tejido oriental, que, sólo vuelto del revés, nos revela su trama, las invisibles puntadas que sostienen todo el entramado de lo que vemos: los pobres ribazos, los alcores inhóspitos, las tierras rojas u ocres, la grisura de otras, la jara, unas cuantas encinas, el carrasco enano, aunque también de vez en cuando un vallecillo y una fuente, chopos y álamos, o arboledas más tupidas hacia el norte y más agua; pero aldeas abandonadas, de todos modos; casa derruidas, la decrepitud del adobe, los soportales tristes, las campanas ausentes y sus ojos como nichos del aire, la ingratitud de un suelo, el inclemente y extremoso clima escaso en lluvia, las cigüeñas y urracas, los grajos y el gorrión, la perdiz y la liebre, el viñedo, los bosques de pinos o los olmos solitarios, los castaños, robles y nogales; y el páramo. Y los hombres tal y como la historia los ha hecho y deshecho. Pero, por debajo, esa intrahistoria tensa: África y Europa que luchan y vencen o se reconcilian, el entrame bélico o pacífico y osmótico de las tres naciones, el sueño de locura de hidalguía y todas sus otras huellas, marcadas o hundidas, perdidas o borradas en medio de las condiciones socio-económicas que entorpecen o magnifican el curso de la historia de los hombres: el morabito y Jorge Santayana, Juan de la Cruz y el inquisidor Torquemada, Teresa de Jesús y don Manuel, de Villaverde de Lucena; el platonismo de la Salamanca de Rojas o del príncipe don Juan, y el pobre caletre del pegujalero, que apenas si come y nadie sabe de dónde puede extraer el sentido de su dignidad humana y un yo muy hipostasiado.El libro lo he leído en la edición original, de 1984, con unas fotos excelentes de Miguel Martín. También hay otra reciente, en formato de bolsillo.
UNO DE LOS MÁS GRANDES, sin duda Ángel. Para completar la visión sugiero la lectura de: "Duelo en la casa grande", "La boda de Ángela", "El Mudejarillo" y "Maestro Huidobro". Y por supuesto algunos cuentos ("El santo de mayo") y los chispazos de tantas poesías ("Elogios y celebraciones")
ResponderEliminar"Tanto literatura como medicina", valga la redundancia. Siempre he presumido que soy escritor porque soy hijo de boticarios. Dante pertenecía, precisamente, al gremio de los farmacéuticos.
ResponderEliminarMe entusiasmó El mudejarillo; en cambio la boda de Ángela me aburrió un poco. Pero sólo por El mudejarillo merecería la pena levantarle una peana a JJL...
ResponderEliminarQué bien dicho: literatura como medicina, que nos hace mejores. Y qué gran párrafo.
ResponderEliminarMe llegó, por cierto, Los ojos del icono. La Fundación de las Edades funciona de miedo. Muchas gracias por todo.
Tu post es el último empujoncito que necesito para empezar a leérmelo.
ResponderEliminarFíjate que yo tengo esa misma edición, y la tengo porque en el lugar donde trabajaba antes iban a tirarlo... Sí, sí, a tirarlo, sin más, porque íbamos a cambiar las oficinas y les molestaba. Todo un ejemplo de cómo van las cosas ahora.
Por cierto, de Jiménez Lozano he leído, hasta ahora, "Ni venta ni alquilaje" y Advenimientos, y me encantaron. Pero recientemente lo he intentado con "El Azul Sobrante" y no he podido con él. Para mi gusto cuando escribe ficción se acerca demasiado al ensayo.
Saludos desde Valladolid.
He llegado a este blog al introducirme en un batiscafo amigo. Al ver los comentarios sobre el comunismo y la religión, después Flanery O'Connoer, me dije: "ajá, por aquí tendría que estar Jiménez Lozano". Y voilà que así fue. Comparto tus comentarios.
ResponderEliminarHe tenido la gran suerte de hacer la tesis sobre su todo lo que ha escrito en la prensa (periódicos y revistas)y ha sido una auténtica gozada.
Ciertamente hay libros difíciles o incluso muy difíciles (Carta de Tesa, La piel de los tomates...), por lo que compensa aconsejarse bien al iniciar su trato. Una vez que se ha probado se convierte, no en una droga, sino en una bocanada de aire puro que se anhela volver a respirar.
Aconsejo empezar por El viaje de Jonás, Sara de Ur, Libro de Visitantes.
He llegado a este blog al introducirme en un batiscafo amigo. Al ver los comentarios sobre el comunismo y la religión, después Flanery O'Connoer, me dije: "ajá, por aquí tendría que estar Jiménez Lozano". Y voilà que así fue. Comparto tus comentarios.
ResponderEliminarHe tenido la gran suerte de hacer la tesis sobre su todo lo que ha escrito en la prensa (periódicos y revistas)y ha sido una auténtica gozada.
Ciertamente hay libros difíciles o incluso muy difíciles (Carta de Tesa, La piel de los tomates...), por lo que compensa aconsejarse bien al iniciar su trato. Una vez que se ha probado se convierte, no en una droga, sino en una bocanada de aire puro que se anhela volver a respirar.
Aconsejo empezar por El viaje de Jonás, Sara de Ur, Libro de Visitantes.