-La Asamblea de los dioses del Olimpo de Rubens, que vale más que todo el museo. Una maravilla, lástima que no tenga de ella más que esta imagen borrosa.
-De Paris Bordone un cuadro que me apunté, pero que no tengo ni idea de cuál es ni por qué me gustó.
-Y los restos de un retablo de Cranach de la Catedral de san Vito de Praga, que quemaron los calvinistas iconoclastas y la Unitas Fratrum protestante. Por suerte no se quemó del todo; queda esto:
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