jueves, 29 de junio de 2006

Otra vez la mala conciencia

Hace tiempo hacía un comentario sobre tranquilizar la conciencia; un amable lector no estaba de acuerdo; yo le recordé una frase de Bloy: no le gustó.
Recapitulo:
1. El que la conciencia nos reproche lo que hemos hecho mal es algo perfectamente normal (salvo que la conciencia esté anestesiada), incluso forma parte de la condición humana: cf. poema de Szymborska abajo.
2. Podemos hacer cosas buenas para tranquilizar nuestra conciencia, aunque no las hagamos con una intención perfectamente pura (es muy díficil tener una intención perfectamente pura).
3. Sin embargo, sólo en Dios podemos descansar de una conciencia que nos reprocha nuestra maldad.
Añado:
1. Es morboso estar dándole vueltas a lo que hicimos mal. Cómo al final nuestra responsabilidad está ante Dios, a Él le debemos pedir perdón, y también a los demás cuando les hacemos mal. La alegría viene de descubrir que Dios nos perdona.
2. La frase de Bloy, estar convencido de que se es un perfecto canalla sólo se entiende, creo, desde una perspectiva cristiana. Aquí entramos en visiones distintas del ser humano que no son reducibles a la unidad; aunque incluso Zapatero consiguiera que Santo Tomás de Aquino y Rousseau dialogaran, no llegarían a un acuerdo, porque uno piensa que el hombre es pecador, pero salvado por Dios para que sea su hijo, y el otro no entiende el pecado original ni la idea de pecado. Le resulta morboso un texto como este: No hay un justo, ni siquiera uno; / no hay un cuerdo, / no hay quien busque a Dios (salmo 14 y 53, citado por san Pablo, Romanos 3, 10) y no entiende lo que explica luego el propio san Pablo (Rom. 3, 23-26): Porque todos pecaron y están privados de la gloria de Dios; ahora son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención por Cristo Jesús, a quien Dios ha propuesto para que, mediante la fe, se obtenga por su sangre el perdón de los pecados. Puso de manifiesto su justicia al pasar pacientemente por alto los pecados del pasado, pero al presente la pone más aún demostrando que él es justo y es quien justifica al que tiene fe en Jesús.

Wislawa Szymborska
Elogio de la mala conciencia de uno mismo
Traducción de Abel Murcia

El ratonero no tiene nada que reprocharse.
Los escrúpulos le son ajenos a la pantera negra.
No dudan de lo apropiado de sus actos las pirañas.
El crótalo se acepta sin complejos a sí mismo.

No existe un chacal autocrítico.
El tábano, la langosta, la tenia y el caimán
viven como viven y así están satisfechos.

Cien kilos pesa el corazón de la orca,
pero en otro sentido es ligero.

No hay nada más bestial
que una conciencia limpia
en el tercer planeta del sol.

1 comentario:

  1. Todos somos pecadores, todos pecamos. Y cuando pecamos, nuestra conciencia nos avisa. Tranquilizarla no es, ni mucho menos, adormecerla o engañarla. Además, ¿quién puede tener la conciencia totalmente tranquila? Uno puede examinarse en relación con un tema concreto y estar tranquilo, pero no creo que pueda tener la conciencia tranquila en todos los aspectos (al menos en esta vida) porque supondría que no ha pecado. Además, no viene mal recordar la diferencia entre culpa y pena: incluso cuando los pecados nos son perdonados, queda una "huella" de ellos en nosotros. Aún sabiéndonos perdonados, podemos estar movidos a hacer algo más para tranquilizar nuestra conciencia.

    ResponderEliminar