Era la fiesta del barrio de Santo Domingo (Castrojeriz, con 800 habitantes, tenía tres barrios). En la iglesia del barrio (cada barrio tenía su iglesia), había un retablo con una imagen de santa Catalina de Alejandría, que era filósofa y según la tradición, confundió en un debate a 50 filósofos paganos, hasta el punto de que se convirtieron.
La iglesia de Santo Domingo tenía en un lado la huesera, donde nos subíamos de pequeños:
Ya nadie habla de santa Catalina, campeona de la filosofía en la capital cultural griega en Egipto: ahora está de moda Hipatia de Alejandría, maestra del cristiano Sinesio de Cirene (interesante personaje también) y muerta a manos de fanáticos cristianos. Y sí, es un personaje fascinante, una mujer filósofa, pero también lo es Santa Catalina, rodeada de la bruma de la leyenda y representada en el arte junto a una rueda con cuchillos, esa rueda que tanto me impresionaba de pequeño.
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