miércoles, 30 de abril de 2008

Folklore apócrifo

Provechosa y gozosa relectura de Virutas de taller, de Miguel d'Ors. Me río a placer con su lectura literalista del Génesis y aprendo de sus explicaciones de poesía.
Y en la página 65 esta frase y mi cabezada de reconocimiento: El folklore tiene una rara tendencia a ser apócrifo.

lunes, 28 de abril de 2008

Ternura y gas

[VERSIÓN REVISADA, 4.5.08: Sobre la polémica que crearon la SER y El País a propósito de los sacerdotes en los comités de ética de los hospitales].
Ya hablé de cómo empezó la cosa. Todavía tienen abierta esta encuesta torticera: ¿Crees que los curas (sic) deben tener voto sobre los cuidados paliativos a los enfermos?.
-Al día siguiente (25.4), un artículo de Soledad Gallego-Díaz. La admiro mucho pero el artículo me gustó muy poco.
-El sábado (26.4), noticia (es un decir) con la reacción (es un decir) del Gobierno a la noticia (es un decir) de El País. En la sección de Cartas al Director, resaltada, una de un indignado lector que respondía como corresponde a las noticias (es un decir) sobre el tema (obsérvese la semejanza con algunos planteamientos de Soledad Gallego-Díaz). Y había un editorial sobre la cuestión.
-El domingo (27.4), otra carta al Director, una viñeta de Forges, un artículo de Carlos Boyero y otro de Manuel Vicent: ("bastará sólo con su presencia en la reunión para que la sombra de la censura religiosa infecte hasta el tuétano a los médicos y enfermeros del hospital" (...) "sea usted creyente o ateo, rece para que en el momento de partir hacia el valle del Edén no revolotee alrededor de su lecho un médico beato imbuido por un cura partidario del dolor como expiación porque entonces, en nombre de Dios, le obligarán a beberse el cáliz hasta las últimas heces").
-el martes (29.4): viñeta de El Roto y un artículo de Joaquín Estefanía tremendamente ilustrativo sobre la relación entre ternura y crimen de la que hablo más adelante.
No, no pienso que haya una conspiración, más bien me parece que estamos ante un caso claro de reacción desaforada de una parte de la sociedad, que se puede comparar a niños que gritan y se tapan los oídos a la vez.
No sé si servirá de algo hacerles ver que están gritando y que lo que están viendo no es la realidad, sino una película de terror.
En esa película de terror hace de protagonista (lo describe Vicent) el malvado cura que se cierne con su sombra amenazante sobre el pobre enfermo, al que deja morir entre horribles sufrimientos. Y me dirán algunos: ¿y lo que dijo Sebastián en Semana Santa de que Cristo murió sin cuidados paliativos? Uno oye la frase y despeja la incógnita (un silogismo implícito en mucha gente de formación cristiana):
A. Cristo sufrió sin cuidados paliativos
[B: Tenemos que imitar a Cristo
C: ergo Tenemos que sufrir como cerdos cuando nos muramos.]
Y yo he buscado en internet: en el propio blog de monseñor Sebastián está lo que dijo:
En la dureza de su muerte Jesús nos descubre la verdadera dignidad de la muerte. En nuestro mundo algunos confunden la dignidad de la muerte con el miedo al dolor. Jesús no tuvo cuidados paliativos. Pero su muerte fue absolutamente digna. ¿Alguien puede decir que la muerte de Jesús, llena de tormentos, no fue una muerte digna? La dignidad de su muerte, como la dignidad de todas las muertes, está en el valor de la aceptación, en la experiencia del amor y de la comunión de los seres queridos y que nos quieren, en la esperanza firme y segura del triunfo del bien y de la vida, en la filial confianza en un Dios Padre, fuente de vida y mar infinito de amor y de misericordia.
Es decir, que no, que no dice que haya que morir sufriendo todo lo que se pueda. Lo que explica es que la dignidad no está en morir cuando uno lo decida, sino en que sea una muerte humana (valga la expresión); y es un peligrosísimo sintagma ese que se está extendiendo tanto de 'muerte digna', eufemismo por 'morir cuando uno lo decida'.
Y qué dice la Iglesia; pues en un documento de la Conferencia Episcopal esto:

La Iglesia trabaja en favor de la muerte buena y digna. (...) Las ciencias humanas lo confirman cuando hablan de que el moribundo necesita no sólo una atención médica puramente técnica, sino también un ambiente humano, la cercanía de sus seres queridos y, en caso necesario, los cuidados paliativos que le permitan aliviar el dolor y vivir con serenidad el final de esta vida. La verdadera piedad y compasión no es la que quita la vida, sino la que la cuida hasta su final natural.
Todo ello lo enlazo con una frase de Flannery* que me ronda últimamente:
Ahora, ante la falta de fe, nos gobernamos por la ternura. Es una ternura que, apartada hace tiempo de la persona de Cristo, está envuelta en teorías. Cuando se separa la ternura de su fuente, el único resultado lógico es el terror. Desemboca en los campos de trabajos forzados y en la chimenea de la cámara de gas.
In the absence of this faith now, we govern by tenderness. It is a tenderness which, long since cut off from the person of Christ, is wrapped in theory. When tenderness is detached from the source of tenderness, its logical outcome is terror. It ends in forced labor camps and in the fumes of the gas chamber.
Una ternura mal entendida, pues, podría llevar a los mayores crímenes. Tenemos que respetar la dignidad de la persona, también en el momento de la enfermedad y la muerte.

*En Recuerdo de Mary Ann (está en Misterio y Maneras, edición de Guadalupe Arbona y Esther Navío, Madrid, Encuentro, 2007, p. 227).
La frsse de Flannery la comentan en este artículo y en este otro (los dos en inglés).

jueves, 24 de abril de 2008

Manejar emociones

No me gusta que maneje mi agenda (por utilizar el anglicismo de un latinismo) la cadena Ser, pero entraré al trapo. Veo ahora un titular enorme en El País digital que remite a esa cadena que va de 'objetiva', en el que alertan de que "Aguirre da voto a los curas (sic) sobre el aborto y los enfermos terminales" [Addenda 7:12 pm: tenía el enlace puesto, pero han borrado la noticia original]. Horror, los curas vestidos de negras sotanas sobrevuelan las camas de los hospitales obligando a los enfermos más graves a sufrimientos horribles imponiendo su religión de terror. Aparte de que la Iglesia defiende el trato humano a los pacientes y que apoya los cuidados paliativos, ¿por qué el hecho de ser cura tiene que impedir formar parte de un comité de bioética? Me gustaría saber quiénes están en esos comités, a ver si tienen alguna idea de ética. No me extrañaría que hubiese, por ejemplo, gente de sindicatos, que sabrán tanto de bioética como yo de física nuclear.
Bien, eso lo podríamos discutir, pero es que en una nota de debajo, El País (hay que reconocérselo), anuncia también que los hospitales gallegos niegan citas a los pacientes al estar desbordados: canallas, ¿esto no es mil veces más importante? Los enfermos de oncología ¿van a tener que esperar meses por culpa de vuestra penosa gestión? ¿Esto es lo que iba a suponer el cambio en la Xunta? Ahí no hay curas sobrevolando las camas y relamiéndose al ver el dolor de la gente, pero sí que hay un montón de gente sufriendo, con la angustia de no saber ni siquiera cuándo les van a atender: ¡Y estamos hablando del cáncer!
Mientras, la conselleira de Sanidade, preocupada no por si deciden los curas en cuestiones de abortos, sino en promover el aborto como sea en la Sanidad pública gallega.
¡Canallas!

ACTUALIZACIÓN 14:12 PM: los de El País ponen ahora que esos comités son consultivos y que sus opiniones no tienen carácter vinculante. Así que lo de 'da voto a los curas' es una maldita mentira.

miércoles, 23 de abril de 2008

Literatura y vida

1. Un vídeo muy bueno: la noticia que sacaron en Cuatro sobre los Diarios de Andrés Trapiello.
[Para iniciados: el cartel de Mirto, el collage con el nombre de Eugenio Noel, aquel personaje de vida tan conmovedora que hacia cuadernos-collages. La portada dibujada a mano de Lo bailado]
2. En Vigo, el libro premio de la Crítica de poesía en gallego, de Helena de Carlos, veo estos versos: É o momento / no que os estorniños soñan.
3. Banda sonora: Fin de un viaje infinito el último disco de Deluxe (=Xoel, un gran músico de Coruña), que me dejó Soli. Qué música más alegre, trompetas en estos días de lluvia. ¿Y te acuerdas, Carlos Certo, de las mañanas en el Pedroso con la música de Que no?
4. Justo al lado, ayer, en una acera una madre que intentaba abrir un paraguas mientras pastoreaba a tres niños pequeños, la más pequeña en brazos y lloriqueando. En la otra acera, yo le hice una mueca a la niña, que dejó de llorar estupefacta -luego me acordé de que me parezco a Mayor Oreja o al Solitario-. Nos cruzamos abajo, entre la Avenida de Coimbra y Juan XXIII y la madre me preguntó: ¿Te la doy?
5. Y hoy, día del libro, el artículo contra la literatura de E. G.-M.

martes, 22 de abril de 2008

Granizo en el páramo

Mi primo, que sabe algo -y aun algos- de meteorología, le dijo a mi hermana que hasta el miércoles haría buen tiempo, pero que a partir del jueves, llovería a placer.
Ella no quiso creerle, porque ya bastante era marcharse con treinta alumnos de secundaria dos profesores -uno cada quince alumnos sois suficientes, dijo la dirección- a hacer tres etapas del Camino de Santiago desde Burgos.
Y teníais que haber oído cómo lo contaba, ese día culminante en que se encontraron en medio del páramo y de una horrísona granizada -como agujas que se te clavaban en la cara, decía-, con el chubasquero volando por los aires, calados, la mayoría de los alumnos con ampollas, apretados unos con otros, sin saber qué hacer.
Y hasta se acordó de contar que había un pajarito que estaba intentando remontar el vuelo, y era incapaz.
Y para qué tantas convivencias en las que se problematiza a los chavales y salen como el negro del sermón: mejor hacer el camino, ver lo desvalido que se puede llegar a estar, pasarlo mal, echarse una mano, asumir responsabilidades.
Y la japonesa que se acercó a una alumna desesperada y le dio una chocolatina y se marchó.
Y qué bonito vio Castrojeriz mi hermana: y ahí sí que me dio envidia.
Y lo que nos reímos mientras me contaba todo eso, donde se demuestra lo que dije hace tiempo.

lunes, 21 de abril de 2008

Teoría del blog (y IV)

[Consejos vendo y para mí no tengo]
1. En un blog lo deseable es que el fondo sea blanco y el texto negro (sistema patentado desde hace tres mil años). No es que haya que ser un experto, pero no está mal leer algo sobre usabilidad (fea palabra, pero importante), para no poner por ejemplo enlaces de correo en las arrobas transgenéricas, como hizo la pobre Bibiana. Por lo demás, un diseño más o menos moderno está bien, pero un blog puede salir adelante si el texto lo vale. Es deseable también no ser intrusivos: que no se oiga una música cuando abres el blog, que no esté puesto Snapshots, que no aparezcan ventanas emergentes.
2. Se puede optar por no permitir comentarios. Yo me alegro de tenerlos, porque muchas veces he recibido auténticos tesoros regalados así, sin más, como quien no quiere la cosa. Ahora bien, más pronto o más tarde hay que acabar borrando comentarios y poniendo un sistema de moderación de los que vayan llegando. Si uno está radicalmente en contra de censurar comentarios, mejor que no los ponga, porque acabará teniendo problemas y en cierto modo es responsable de los comentarios que aparecen en su blog (e incluso puede llegar a tener problemas legales).
3. Hay que aspirar a decir la verdad en el blog; no hay que desnudarse en público, por supuesto, pero lo que uno diga lo debe creer. Si luego descubre que dijo una tontería (es una de las grandes ventajas de tener un blog) podrá corregirlo y corregirse, pero hay que evitar en la medida de lo posible desear quedar bien o decir lo que se supone que hay que decir siempre o meter de matute mercancía averiada.
4. El blog no es una obligación: uno puede escribir cada día, cada semana o cada mes, o dejar de escribir. Cada uno tendrá que ver cuáles son sus prioridades, pero yo le recomiendo que escriba un blog a quien quiera ser escritor, a quien piense que tiene algo que decir, a los enfermos de grafomanía.

domingo, 20 de abril de 2008

Teoría del blog (III)

3. Literatos: en el mejor de los casos, de buenos escritores, el blog es el taller donde muestran lo que están escribiendo, donde dejan a la vista la cocina (algo paralelo a lo que en papel hace Trapiello en sus Diarios o Miguel d'Ors en Virutas de taller).
También es un espacio donde dan cabida a las formas literarias breves, que por ahora son las únicas que pueden funcionar en la red: haiku y similares, microrrelato (el cuento es todavía demasiado largo para leer en un ordenador), aforismos.

4. Un terreno que no conozco es el de los políticos, ni ganas. Es ilustrativo el caso de Bibiana Aibo, de 31 años y curriculum digamos que normalito, aunque hay que tener en cuenta que dirigió durante 20 meses la Agencia Andaluza para el desarrollo del flamenco y todos los medios han repetido que tiene un blog, que la habría catapultado a ser ministra, Ministra de Igualdad. Leed su blog y veréis qué profundidad, qué visión política, qué. Pero veamos por qué la eligió Zapatero: lo cuenta Santiago González en la segunda parte de su entrada de hoy, que toma del publirreportaje que han hecho los dos periodistas más lameculos de España, Luis R. Aizpeolea y Anabel Díez, de El País: "tras sendas conversaciones en los prolegómenos de dos mítines". Vaya, no fue por tener un blog, fue porque le cayó bien, fue un flechazo.

5. La masa, la gente con inquietudes, no periodista (o periodistas que quieren un espacio para escribir más íntimo, menos corporativo), no tecnólogo (o tecnólogos con inquietudes), profesores (o profesores que en su blog se liberan de las servidumbres de la erudición y encuentran un canal para expresar sus inquietudes), pueden encontrar en el blog espacio a su necesidad de escribir, la posibilidad de escribir de modo menos formalizado, más libre (y quizá más adelante se puedan plantear pulir o añadir rigor a eso que escriben), un ámbito para expresar lo que quieren transmitir.
Mañana, algunos consejos.

viernes, 18 de abril de 2008

Teoría del blog (II)

Generalizar sobre los blogs no está bien, porque como decía ayer Pablo, en principio son sólo eso, un formato en el que cabe de todo. Pero el hecho es que han ido cristalizando de varias formas. Concretamente:

1. Tecnólogicos: ahí surgieron los blogs, espacios de comunicación inmediata de informáticos, geeks, nerds, freakies del mundo de la red, que se intercambiaban información, know how, curiosidades de su mundo virtual. Los blogs al principio eran almacenes de enlaces, recomendaciones, consejos, atajos. Basta ver el top de wikio para comprobar que eso sigue siendo así en gran medida, aunque normalmente son un mundo cerrado que es feliz en su autonomía (el caso de Microsiervos es una excepción exitosa, porque se abren a la gente).

2. Periodistas: encuentran en los blogs espacio de publicación en épocas de crisis; como mínimo los blogs les sirven para publicar juntas sus columnas. Suelen dejar el formato blog cuando recuperan su puesto en el periodismo, p. ej. Arcadi Espada, con problemas en El País cuando empezó el blog y ahora felizmente instalado en El mundo: su antiguo blog desapareció y tiene ahora uno que usa como almacén de artículos, y a la vez otro espacio donde actúa de ombudsman en formato blog, lo que le permite mantener la pose ElPaís en un periódico que tiene poca pinta de que sea su ideal; por ejemplo Ignacio Escolar, que se hizo famoso en su blog y ahora ha conseguido dirigir un periódico; su blog ha pasado a ser eso, un apéndice del periódico, donde todavía ensaya un tono de independencia que se da de patadas con la dura realidad del personaje, vendido -y parece que con gran alegría por su parte- a las consignas que le lleguen de los que le pagan.
Luego están los periodistas con intereses literarios o los periodistas que quieren tener su blog para hablar con normalidad, sin impostar la voz y sin tener que seguir el dictado de sus jefes, pero esos los meteremos en otro apartado.
Hay una subespecie en el ámbito del periodismo: profesores que necesitan hacer investigación, teorizar sobre la prensa (un mundo difícil, el de la investigación sobre periodismo), donde los blogs sirven como cobayas teóricas (cf. en el mejor de los casos ecuaderno o e-periodistas). Ya nadie se cree (caso de que lo llegara a creer alguien, fue un espejismo) que los blogs individuales puedan sustituir a la prensa como vía de acceso a la información, frente a la institución corporativa, expresión de los grandes grupos de poder. Sí que se abren rendijas, pero en espacios reducidos, de modo viral y con alcance limitado. El poder sigue estando en los grandes medios.
De todos modos, quedan espacios para que lo que hurta la prensa llegue a ella rebotado gracias a la web 2.0, pero más bien suele ocurrir al revés. Un ejemplo interesante:

En El País hablan de Randy Pausch el día 14 de abril de 2008 como de una novedad. Yo lo mencioné el 28 de septiembre de 2007 (me enteré por medio del blog de Amy Welborn). Desde entonces sigo la página de noticias de Randy Pausch y sigo admirándole, cada vez más. Y la tonta de Maruja Torres (ejemplo de persona instalada en una posición de poder en los mass media) echa su mala baba sobre la noticia, de la que se acaba de enterar. Con ello se retrata y retrata a muchos medios (sobre todo europeos, no pasó así en USA) que ven esa noticia y vomitan sobre ella.

Mañana, literatos, políticos y el apasionante mundo de los blogs de aficionados.

Teoría del blog (I)

Hoy que cumplo cuatro años de blog, me permitiréis que me lance a teorizar un poco:
Los blogs los escribe normalmente gente entre veintitantos y cincuenta y pico, que ha encontrado en ellos un medio regular de expresión digital –formalizada, rigurosa, vale decir literaria (¡sin abreviaturas, por supuesto!)- de su mundo vital.
Sienten la necesidad de escribir (se podría hablar incluso de cierta tendencia a la grafomanía) porque creen que pueden transmitir algo; se diferencian claramente de la generación más joven (la que domina en Myspace, Fotolog, Tuenti, Messenger), a la que le importa menos las ideas que la comunicación entre ellos, la conciencia de grupo, la demostración ante sus iguales de lo bien que se lo están pasando (por eso están todo el día poniendo fotos de sí mismos en fiestas).
La generación del blog quiere transmitir algo, la generación Myspace principalmente quiere rozarse. Aunque no es del todo una cuestión generacional, porque hay gente de veintipocos que hace muy buenos blogs y muchos cuarentones que disfrutarán viendo sus fotos de marcha de la noche anterior, pero teoricemos un poco, que para eso estamos en un blog.

Qué buscan todos los blogs: interlocutor (de una frase de Martín Gaite).

jueves, 17 de abril de 2008

Fotos de J. M. Navia

Descubro que José Manuel Navia, fotógrafo que hace tiempo me descubrió a su vez Diego, tiene un blog; en él una foto que podría servir de ilustración de una entrada mía de hace tiempo, por lo ferroviaria y machadiana, si no fuera demasiado que una foto tan buena sirviera sólo de ilustración a un texto mío:

martes, 15 de abril de 2008

Jerjes el júligan

Estamos traduciendo en clase la batalla de las Termópilas contada por Heródoto (7.207-238) y lo estamos disfrutando mucho -al menos yo-, aunque hemos podido comprobar lo muy proespartano que era (o las fuentes tan proespartanas que usaba), lo rudimentario que era en su técnica narrativa para contar batallas (si se pone el otro extremo por ejemplo en las escenas del desembarco de Normandía de Salvar al soldado Ryan) y lo entretenido que es siempre, con ese gusto suyo por contar que le ha acarreado el ludibrio de sus hijos desnaturalizados, los historiadores, que han aprendido todo de él menos eso.
En la escena en que los persas atacan hasta tres veces y salen derrotados (incluso los Inmortales, un batallón de superhéroes que el rey Jerjes lanza para doblegar a los que defienden el paso de las Termópilas), cuenta Heródoto (7.212) que
ἐν ταύτῃσι τῇσι προσόδοισι τῆς μάχης λέγεται βασιλέα θηεύμενον τρὶς ἀναδραμεῖν ἐκ τοῦ θρόνου͵ δείσαντα περὶ τῇ στρατιῇ. τότε μὲν οὕτω ἠγωνίσαντο.
En esas acometidas del combate se cuenta que el rey, que lo estaba contemplando todo, por tres veces saltó corriendo hacia atrás desde el trono, por el miedo que sentía por su ejército. ¡así de peleada estuvo entonces la cosa!
Mi traducción es un poco libre, pero pretende ser ajustada. A mí la escena me hace gracia, imaginar al rey persa sentado en un monte en un trono, porque me recuerda a los que ven un partido de fútbol y mueven el pie intentando ayudar al delantero o saltan corriendo, por ejemplo Néstor hace diez años, te acordarás, cuando conseguimos la séptima, que te pegaste una carrera por todo el pasillo cuando el gol.

domingo, 13 de abril de 2008

Sábado y domingo

1. El sábado, con un amigo que había venido con su mujer desde Lugo (la ciudad del cielo de farrapos) porque cantaban con el coro Solo voces (dentro del ciclo Espazos sonoros, que promete). Como él estaba acatarrado y no podía cantar, nos dimos un paseo durante los ensayos y a la vuelta a Bonaval dudé si llevarle a la cafetería del CGAC (opción modernilla) o ir al Ambitus vetersic!*); teniendo en cuenta que él es profesor de latín y yo de griego, ir a un bar con ese bodrio de nombre era una opción inmoral, ¡pero es que ponen muy buenas tapas!; en mi laxismo moral o mangaanchismo yo a este amigo no le dije nada -para no crearle escrúpulos de conciencia- y arrostré yo solo la carga de la culpa. Y sí que estaban muy buenas las tapas, pardiez. Hablamos de blogs, para variar esta semana.
*Ambitus veter es un monstruo que supongo que querría haber sido ambitus vetus (genitivo: ambitus veteris). Algún amiguete del dueño que se suponía que sabía latín crearía el engendro, digo yo; si no, no se explica.
De vuelta a Bonaval vimos al lado los restos del bloque de hielo de 1m x 1m que había puesto hace dos días Leblon, el último tonto que expone en el CGAC. Ya leí que el tal Leblon tenía 'prestigio internacional' (más, en El correo gallego), pero como soy masoquista, acabaré cayendo en la misma piedra y veré la exposición (sic).
El concierto fue bonito; música sacra del siglo XX y luego poesía en gallego y español del siglo XX adaptada a música coral. Daniela, la mujer de mi amigo, leyó un poema en gallego de una mujer embarazada que habla con su hijo; teniendo en cuenta que ella está embarazada y es suiza y leyó muy bien (por más que el poema de M. Caeiro fuera un bodrio), la escena fue muy bonita.
Y era muy grato oírles cantar: en este link tenéis los discos y una larga lista de canciones para oír (lástima que sólo pongan el principio de cada una). De lo que cantaron, podéis oír fragmentos de Hodie Christus natus est (mp3), Open thou mine eyes (mp3) o Crux fidelis (mp3).
2. Y el domingo por la mañana me encontré por la calle a Sergio B. Landrove ¡de paseo con la novia de Rodrigo! Y ahora qué hago, ¿se lo digo a Rodrigo o me chivo por medio de un link?

Este blog y la BBC

Hoy cumple años mi abuela, que ha vuelto hace unos días de su primer viaje a Tierra Santa. Según me contó mi madre, parece ser que en el avión iba, a pesar de nuestra preocupación por un viaje tan largo, iba, decía mi madre, más tranquila que Pitis.
Yo me la imagino muy recta en el asiento, pendiente de todo, con el pelo muy bien recogido -como siempre- y quizá sin atreverse a mirar por la ventanilla, pero todo esto es ya literatura de la barata, eso de imaginarse cómo iría mi abuela en el avión.
Hoy se van todos a comer a un restaurante, a celebrarlo: allí estaré con el deseo, aunque ya se sabe que no es lo mismo comer que ver comer.
Y con esto cumplo un aspecto importante de este blog, el aspecto BBC (bodas, bautizos y comuniones) o el blog como carta familiar y noticiario para amigos; de hecho, cuando hablo con mi madre o mis hermanas, o hablo o me escribo con algún amigo, doy por hecho que son ellos los que me tienen que contar las novedades, que yo ya he hecho el gasto aquí.
Y ya que sale la BBC, recordaré que la credibilidad que me merecen los medios informativos británicos (sin excluir la BBC) es muy escasa; en concreto sobre cuestiones católicas baste recordar una memorable columna de John L. Allen y la regla que formula Amy Welborn: Si una noticia viene de la prensa británica y se refiere al Papa, no la creas.
Ay, de Newman y Chesterton hasta ahora, qué bajón.

sábado, 12 de abril de 2008

Informe semana(l)

[Pongo la ele entre paréntesis por si se pasa por aquí alguien de Teoría de la literatura; caso de que ocurra y para labrar mi fama futura le explico: Informe semana (=caótica, desordenada) / Informe semanal (antiguo programa de TVE, guiño nostálgico; incluso podríais ver la cuestión de la recepción en un hiperlector no cómplice heterodiegético con un horizonte de expectativas limitado)]
[Banda sonora: programa del 5 de abril del impagable programa de RNE Islas de Robinson]

Ha sido la semana más movida que recuerdo en este blog. Varias veces estuve tentado de titular una entrada con un título como carrusel de emociones, para jugar también con la readaptación hormonal después de un mes sin pastilla de tiroxina y la vuelta a la prodigiosa pastillita que cambia mis humores de modo tan caprichoso. Pero mejor le robo un farolillo a Enrique Baltanás: Los caballitos del tiovivo cabalgan por la infinita llanura de la fantasía.
Y en realidad, casi podría dejar de escribir en este blog -pero mi grafomanía qué-, sentarme y leer esas entradas maravillosas que luego voy dejando en ese gran último acierto de Google, esa sinergia (sic) entre Google Reader y Blogger para crear esa prodigiosa columna que yo he llamado 'Para leer de otros'.
Esta semana he borrado comentarios de gente que aprecio; cada uno llevaba la sospecha de tener otro dentro. Pero a la vez he recibido llamadas y comentarios de esos que te dejan sin respiración o pensando.
Ayer, por una pregunta de Juanjo acabamos primero en Imprenta moderna: sí, es un libro enormemente recomendable de Andrés Trapiello sobre tipografía en España. Y luego intervino Mr. Quaker para decirnos que había otro gran trabajo de T., “Una imprenta con baño (a propósito del tipografo JRJ)”, publicado en Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel 1956 (Madrid, Residencia de Estudiantes, 2006, págs. 509-533; web aquí; lo podéis comprar aquí) y que era "uno de los libros más bonitos de los últimos años". Yo no perdí tiempo y vi que estaba justo debajo, en la biblioteca de mi Facultad. Lo saqué y qué maravilla, qué libro prodigioso, qué descubrimiento.
Todo esto en esta semana de emociones: hasta se me escapó una lagrimilla con el Santo adalid, que oí cantar en un rato que pasé por la Catedral, el jueves por la tarde, con peregrinos italianos y portugueses que le sacaban fotos con el móvil al Botafumeiro, como se las podrían haber sacado a una campana sintoísta gigante o a Mickey Mouse o a su prima.

Y descubrir aquí nuestra higuera con hojas en verano, ahora que todavía están a medio salir; y además un consejo gastronómico de Juan Carlos Vázquez que nos llega ahora y nos hace sonreír, a pesar de todo.

Y la enorme historia de amor, y ese orgullo que me entra de haber acertado ayer sólo con ver una foto de hace cincuenta años y conocer, aunque poco, a Paco.

Por cierto, una reseña en La razón de La manía.

viernes, 11 de abril de 2008

Pepe Becerra

Teníamos ayer el acto de becas en el Colegio Mayor La Estila, y le concedieron la beca de honor a don José Becerra, Pepe para los amigos, que durante muchos años se ha encargado del mantenimiento, pilotando con gran pericia la sala de máquinas, al grito de Más madera y con riesgo continuo de quemarse.
Pepe es de una generación que padeció la guerra o la primera postguerra de niños; se encontraron un mundo difícil y para ellos trabajar es lo que se suponía, como el valor en la mili (que hicieron, por otra parte porque había que hacerla, y la recuerdan muy contentos, a diferencia de las siguientes generaciones, que no tenemos ni mucho menos tan buen recuerdo). De esa generación era también mi padre. Mucho más mayor es don Luis Gil, eminencia de los estudios griegos en España, del que leía el otro día (citado no recuerdo en qué blog) un pasaje (me parece que del nuevo prólogo de su mítico Censura en el mundo antiguo, ahora reeditado) en el que reivindicaba el trabajo titánico de gente común o excepcional, entre los años cuarenta y los setenta. Así me imagino también a los padres de Paco.
Pepe recuerda con gran cariño sus primeros años, de pluriempleo. Creo que estuvo en una fábrica de hielo, por ejemplo.
Aquí, a veces se disfraza de ogro de Cuéntame y los universitarios jóvenes comprueban asombrados, fascinados y asustados que el ogro franquista existe de verdad. Él hace su papel con gran convicción y los que vemos el espectáculo nos divertimos mucho, porque pone cara de malo muy bien. Luego, en petit comité, le acorralamos a veces y se defiende con gran tino, mucha retranca y carcajadas, ya sea alabando La Coruña (con ele), ya protestando de nuestras quejas, ya señalando nuestro señoritismo.
Luego resulta que incluso tiene su corazoncito. Fue él el que me pasó un disco de Carlos Cano. O te viene un día con que vio una película taiwanesa (o pakistaní o finlandesa) y dice que le ha gustado mucho. Ahora ha dado en decir, para mi consternación, que el cambio climático es verdad: yo me acuerdo de lo de las nieves de antaño de François Villon y con eso me lo explico: antes, en su juventud, nevaba y llovía más, qué duda cabe y no seré yo quien lo niegue.

Claro, eran tiempos de Historias de la radio. Y ahora ellos no entienden nada de la nada montada.

martes, 8 de abril de 2008

Andrés Trapiello: La Manía

Bien, hace unos días acabé La manía, de T. Si fuera menos impaciente esperaría unos meses, volvería a leer el libro (que es lo que voy a hacer dentro de pocos meses) y tendría una opinión más fundamentada y más argumentada.
De hecho mi opinión poco importa (y aquí ensayo un poco de humildad fingida, ya lo sé, pero es que también es un hecho): lo que importa es la obra de Trapiello, tan importante para la literatura española (y para mí, y para mis gustos literarios y artísticos).
Gracias a la antología de Renacimiento preparada por Sánchez Rosillo (y la reseña de García-Máiquez) redescubrí su poesía y comprendí que es lo más valioso de su obra. Ahora estoy con Rama desnuda, que publicó en 2001, año que recoge en este volumen de sus Diarios, que está en continuidad con los demás, pero es el menos parecido a los anteriores. En La manía asistimos en primera fila al taller del escritor.
Lo que decía del prólogo el otro día (y el prólogo lo tenéis aquí, en pdf) es lo que leemos en este volumen; yo le recomendaría este libro a todo el que quisiera dedicarse en serio a ser escritor. Le diría: mira, mira cómo trabaja, mira qué constancia, qué rigor, como se parte la cara. Mira cómo es la vida literaria: cómo están todos mirándose, qué resquemores hay, cómo dependen tantas cosas de las críticas. Mira qué fuerza de carácter hay que tener para ser constante en un proyecto vital y literario que quizá se valore sólo con los años.
Sí, es lo que se dice en el prólogo: la manía de escribir, la grafomanía, la literatura y la vida, los diarios que sustituyen a la vida, el vivir para contar. Eso es lo que nos ofrece con una maestría prodigiosa en este volumen. No es un plato fácil: sería como la cecina (si no se asociara a una comida castiza), o quizá como la carne de venado (si supiera cómo sabe esa carne): es un plato fuerte, no apto para paladares delicados, pero sabroso, de madurez, de una madurez espléndida.
Pegas: demasiado espacio dedicado a glosar y corregir La noche de los cuatro caminos, que me pareció un libro fallido, por lo demás. Demasiado espacio dedicado a criticar a Vila-Matas, que ya había quedado bien retratado en el volumen anterior.
Sorpresas agradables: la alegría de ver que le gusta Verde agua, el libro de Marisa Madieri; y totalmente de acuerdo en valorarlo por encima de toda la obra del marido, Claudio Magris, que hace años a mí me gustaba tanto. Alegría de ver que también le harta Steiner.
Y las varias veces que me reí a carcajadas leyéndolo.
Y la visita a Venecia, lo mejor.
En otro blog veo que está otro prólogo, maravilloso, una alabanza de Madrid, la gran villa manchega. Ese mismo blog hablaba ya hace tiempo de esos diarios.

domingo, 6 de abril de 2008

Sábado

A última hora de la mañana, por Conxo. Mientras esperaba, como no pude entrar a ver el Cristo otra vez, me fijé en la portada del monasterio, de Simón Rodríguez, barroco de placas del bueno (pero ni una foto en la red, oiga, y un buen rato buscando).
Parece como que ya hubiese previsto que el monasterio acabaría en Psiquiátrico, porque la fachada es desequilibrante (y perdón por el chiste), barroco de placas y con cilindros en lugar de capiteles, que parece que todo va a dar al suelo en minutos.
Y qué bien al solecito; entré en el cementerio, que nunca viene mal; entré en el centro sociocultural, que conmemoraba el banquete de Conxo (estuvo Pondal, el padre del infame Himno) y salí corriendo, porque vi que había programados a esa hora ensayos de gaita.
Y por la tarde, de paseo a la Feria del Libro, me crucé con invitados de (otra) boda en san Martín Pinario: de medio pelo, pero la novia, muy guapa, como siempre. En la feria -cuatro casetas mal puestas- vi los libros que han ganado el premio de la crítica de este año: en poesía en gallego, el libro de una profesora de mi Facultad (¡enhorabuena!) y en prosa una novela de Luis Rei Núñez, editor de la poesía completa de Luis Pimentel. Qué bien.
Y por la noche vimos Once (Una vez), película irlandesa que es como un buen cuento, una pequeña película con canciones que disfruté mucho y que os recomiendo.

sábado, 5 de abril de 2008

Espera ansioso

Hoy he descubierto que parte de la definición de esperanza que había entrevisto leyendo la Spe salvi, lo de que Dios nos espera ansioso, estaba ya en una homilía de san Josemaría, en relación con un texto de san Ignacio de Antioquía: el alivio de descubrir que yo no era original.

viernes, 4 de abril de 2008

Ayer

Qué bueno el desayuno en el hospital después de la gammagrafía, el café con leche en el vaso de duralex, la tostada con mantequilla, el trozo de tarta de chocolate después de diez días de dieta sin yodo (es decir: sin leche y derivados y sin huevos; sí, también sin pescado -bueno, eso me importó bastante menos; en resumen: que no podría comer esto, por ejemplo).

El dulce sabor de saber que por ese lado va todo bien.

Tendría que empezar a acostumbrarme a las revisiones, pero no sé, va a ser que no.

Dos días antes había ido a hacerme unos análisis: yo pensaba que había ganado mucho en valentía desde aquella vez. Casi era un trámite: sí, estaba la cola -media hora hasta el mostrador, a las ocho de la mañana y en ayunas deprimen a cualquiera-, pero apareció un niño que se llamaba Brais (=Blas, es un nombre de moda en Galicia, no me preguntéis por qué) correteando por el pasillo y nos alegró la espera. Pero media hora después se hoy llorar a niños al fondo; eso me puso los nervios de punta.
La enfermera que me sacó la sangre dijo: ¡estos hombres! Y me sorprendió: había cerrado los ojos para evitar marearme, porque se acumulaban las ayunas, el miedo y la espera. Mi cara hinchada y pálida -atiroideo un mes- debía de parecerle otra muestra de miedo. Todo me lo dijo con cariño y yo con cariño intenté explicarle que ya un análisis de sangre me es casi -casi- indiferente, que he mejorado mucho en ese terreno, al menos tal como yo lo veía, aunque no la convencí. Quedamos amigos de todos modos.

Y la alegría del jardín ayer después de comer, ya sin dieta. De banda sonora, de primeras pensé poner aquí Il y avait un jardin de Moustaki, pero es una canción pagana y va contra los preceptos del cine danés de Dogma: mejor el sonido directo de la chilla de los pájaros, incluso de las gaviotas, esas ratas voladoras -bien que blancas-, pero que acercan el mar a Compostela.

Los paganos de todo esto: el bolsillo de Javier respecto al desayuno -yo descubrí en la cafetería que iba sin dinero- y los nacionalismos postmodernos, que me sirvieron de pinpanpúm en este mes de atiroidismo.

A última hora de ayer, más terapia de jardín. Y esta mañana leí en la biografía de Newman esto que escribió en Sicilia cuando se recuperó de una enfermedad que le dejó para el arrastre (su criado Gennaro se desmayó en una sangría que le hicieron a Newman: no soy el único):
As I sat in the chair, I could not command myself, but cried profusely, the sight of the sky was so piercing (Ker 1990: 78).

Yo no llegué a llorar, pero estaba muy contento, ante las hortensias, que están echando todas las hojas -las que plantaron el año pasado incluso han empezado a tener brotes apretados blancoverdes de flores-, viendo las mínimas hojitas que se desplegaban en el liquidámbar, un poco temeroso por las gardenias, que han sufrido tanto estos días de frío, sentado al lado de las azaleas -rosas unas, rojas otras- que lo están dando todo en este do de hecho que es el jardín de mi casa. Y el cielo muy azul.
Fíjate, Diego, qué buena labor de azada la tuya el año pasado. Y las rosas, que pronto echarán flores (-Hijo, la rosa no cansa, le decía su madre a JRJ, dice A. T. en La manía) y los narcisos que ya murieron bajo la hoz. Y la incógnita de los agapantos. Y la higuera, que puede tener -no, no exagero- doscientas brevas y hojas que crecen en las puntas, de un verde traslúcido al sol de la primera tarde.

jueves, 3 de abril de 2008

Donkey, Chesterton

Vi en este buen blog The Donkey, un poema de Chesterton. Me dio por traducirlo, sin pretensiones poéticas, sólo eso, traducirlo:

When fishes flew and forests walked
And figs grew upon thorn,
Some moment when the moon was blood
Then surely I was born.

With monstrous head and sickening cry
And ears like errant wings,
The devil's walking parody
On all four-footed things.

The tattered outlaw of the earth,
Of ancient crooked will;
Starve, scourge, deride me: I am dumb,
I keep my secret still.

Fools! For I also had my hour;
One far fierce hour and sweet:
There was a shout about my ears,
And palms before my feet.
El burro
Cuando los peces volaban y andaban los bosques
Y crecían higos en los espinos,
En un momento en que la luna era sangre
Entonces es cuando puede que naciera.

Con cabeza de monstruo y matador rebuzno
y orejas como alas errantes,
la parodia del diablo andante
entre las cosas de cuatro patas.

El rastrero andrajoso fuera de la ley,
de antigua voluntad torcida;
matadme de hambre, azotadme,
reíos: soy mudo, pero mantengo mi secreto.

¡Locos! También tuve mi hora;
Una gran hora lejana y dulce:
Hubo una grita sobre mis orejas
y palmas bajo mis patas.
y luego me acordé de que quizá estuviese en Lepanto y otros poemas, la antología con traducciones de Chesterton (y nada menos que de -¡agarraos!- José Julio Cabanillas, Enrique García-Máiquez, Luis Alberto de Cuenca, Julio Martínez Mesanza, Regla Ortiz y Francisca Delgado). Allí estaba la versión de Enrique García-Máiquez, esta sí poética (en el buen sentido), con un verso especialmente logrado: One far fierce hour and sweet es en su versión mi hora / que fue inmortal, tremenda y dulce.

martes, 1 de abril de 2008

Microrretrato

Esta mañana, en el espejo, se me ha ocurrido [por humildad no digo que ha sido una inspiración] un microrretrato mío (o microautorretrato):
Con buenos ojos, Mayor Oreja; con malos, el Solitario.