miércoles, 19 de septiembre de 2007

Luis Pimentel

Desalado vengo al blog a deciros, sin aliento:
Luis Pimentel, el de mi mantra particular de estos días, esos ripios de Trapiello ([la lluvia] que hace un siglo a Pimentel en Lugo, / tanto al hombre le plugo), es un gran poeta.
No lo sabía, ha sido una sorpresa. Vi que en la biblioteca de la USC en Lugo tenían el libro y lo pedí por Intercentros (gran sistema); resultó ser el primero editado en La Veleta, la serie de poesía que comenzó Trapiello en Granada.
Muy buen prólogo del editor, Luís Rei Núñez. Pimentel (1895-1958), que estudió medicina en Madrid, vivió casi toda su vida en Lugo, de médico y poeta inédito. Su primer libro (único) lo publicó con 55 años. Los dos siguientes ya fueron póstumos. Escribía en gallego y castellano. Familia republicana. De la cáscara amarga, en opinión de sus paisanos.
Mañana, el poema de la lluvia. Hoy este verso (p. 60):
¿I as voceciñas das frores da amendoira?
(¿Y las vocecillas de las flores del almendro?, traducción del editor).

O este (p. 74)
Grito en punta, diamante
vencellos negros cortan o ceo terso.

En el poema castellano paralelo del propio Pimentel (p. 75):
Grito en punta, diamante
vencejos negros,
cortan el cielo terso.

Me parecen muy buenos estos dos poemas paralelos (p. 28-9):

APRENDIZ DE SANTO
Este neno quer ser santo.
¿Qué silenzo ou que cinza
lui a sua fronte?
¿En qué tristeiro escaparate
atopou a sua corbata?
¡I-as mouras botas,
con un brilo do outro mundo!
¿Qué gardará no seu
...........reló de ouro?
(Cal n-unha custodia
as horas dormen, brancas e puras).
Pol-os arrabales tristeiros pasea
onde hai pombas mortas,
e a herba non ten brisa.
Qué tépeda choiva
...........nas maos!
A nai agárdalle sempre
chorosa e con respeito.
El poema castellano:
APRENDIZ DE SANTO
Este niño quiere ser santo.
¿Qué silencio o qué ceniza
pulió su frente?
¿En qué triste escaparate
halló su corbata?
En la custodia de sus gafas
guarda sus ojos limpios.
Misa de alba,
azucenas frías,
largos domingos son sus manos.

Quizá el castellano sea mejor, más condensado.

13 comentarios:

  1. Yo también voto por la versión en castellano, sin duda. A cambio prefiero el gallego para o ceo terso. A Pimentel lo leí con gusto y ahora lo releeré de nuevo, pero, por caridad, deja de ponernos tarea, ¡que no damos abasto! O sigue, que siempre es mejor esta abarrotada sala de espera que no leer a Arturo Pérez Reverte o el último Planeta.

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  2. Yo sí que no doy abasto. Acabo de pedir que me manden aquí el libro del autobús de Pla, sabiendo que tengo entre diez y quince libros empezados ahora mismo. Es como una espiral que se puede convertir en pesadilla.

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  3. Trapiello no sólo publicó sus ‘Poesías completas’ como primer volumen de la colección La Veleta, continuadora de Trieste, sino que ya en 1981 dio a conocer su libro ‘Cunetas’ (inédito hasta entonces) en una colección llamada Entregas de la Ventura, que editaba al alimón con Juan Manuel Bonet. Eran los años en que por su recuperación literaria no sectaria de ciertos autores-artistas, les cayó a ambos encima el sambenito de fascistas. Los profesores de universidad, que les deben tanto, les siguen ninguneando sus méritos, quizá porque ninguno terminó su carrera y no cuentan a efectos de escalafón.

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  4. Qué poema hermoso.
    Gracias por hacerme conocer un gran poeta.

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  5. Gracias por divulgar a este poeta, para mí totalmente desconocido. Lo de "Grito en punta, diamante/vencellos negros cortan o o ceo terso" me parece maravilloso. Perdonad mi ignorancia, pero ¿eso es una sinestesia?

    Arp, estoy con Enrique. Mi mesilla de noche está combada por el peso de vuestras recomendaciones, y me temo que, o paso las noches de claro en claro, como Don Quijote, o tendré que retirarme para dedicarme a vuestras lecturas.

    (Lo de que publicara el primero a los 55 me parece altamente alentador, para los que tenemos unos añitos sin haber hecho nada digno de mención; lo digo por mi eternamente postergada tesis...).

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  6. Yo tampoco caí, hasta que has dicho que vivió de médico y poeta inédito en Lugo,en que el Pimentel del ripio era el mismo del "Prólogo para un libro de Luis Pimentel", que leí hace poco en "Poetas Españoles Contemporáneos" de Dámaso Alonso, 1952.
    Me impresionó el personaje (aunque luego me olvidé del nombre), me impresionó la actitud de DámasoAlonso, publicando el prólogo con una addenda final en la que dice: "Pero el libro de Luis Pimentel es probable que nunca transporte al lector. Pasaron muchos años y yo le escribía: "¡Pero ese libro...!" Pimentel, sensible, nervioso, no se decidía nunca. Y no se decidió. Ahí queda el prólogo que escribí para un libro que quizá nunca se llegará a publicar..." (Después añade unos renglones cursi-líricos: "Sí; no toquéis a este libro. Podría deshacerse porque es todo de rosas ceniza,etc..."). Me impresionó lo que me pareció una hipocresía, porque leyéndolo se percibe que fue él quien con su prólogo lo desanimó: que si "pajaritos de barro",que si "renglones desiguales", que si "pero nunca hablaré de lo que echo de menos en un poeta, sino de lo que nos da"... Todo muy en plan "sí,muy bonito-pero no das la talla".
    Me indignó que él sí publicara el prólogo, aun sin libro (por Dios, como se va a perder la posteridad un prólogo suyo), y que nos dejara sin los poemas de ese médico que escribía "sin halagos ... ni rima, ni exactas estrofas. Ya véis lo que hay: apenas un niño muerto en el depósito de cadáveres, un mendigo corroído de soles bajo el sol del quirófano, los misterios de una sala vacía..."

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  7. Jo, CB, qué bien lo que nos cuentas, quiero decir, qué mal Dámaso, pero qué bien tú.

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  8. El "Niño santo", maravilloso. Mil gracias (yo tampoco conocía la poeta)

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  9. Fe de erratas:
    ...al poeta (yo sí tengo dedos de domingo, no quieren trabajar).
    Saludos

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  10. Me parece de vergüenza lo de Dámaso Alonso, la verdad. No me lo esperaba. Pero yo también, como Enrique, te doy las gracias Cb por ilustrarnos.

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  11. Gracias por vuestra aportaciones, sobre todo a Mr. Quaker y a cb. El pobre Dámaso al menos se dio cuenta de que Pimentel era un gran poeta, por muy cicatero que se mostrase.
    Estoy disfrutando de Pimentel muchísimo, aunque bien tristes que son la mayoría de sus versos.

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  12. ¿No se estará levantando aquí un falso testimonio contra Dámaso Alonso? Fue amigo y admirador sincero de Pimentel (que, por otra parte, no es tan gran poeta como Trapiello piensa), y, visto desde otro ángulo, fue un buen detalle publicar el prólogo a un libro que se resistía a salir a la luz. Releed ese artículo, a ver.

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