Por completar lo de ayer de Newman en relación con Las Bacantes de Eurípides, hay otro sitio donde lo cita también, en Idea de una universidad. Está hablando de la «apertura de mente» en la Universidad y tras repasar lo que ocurre al estudiar ciencias naturales, física o historia, pasa al momento en que un cristiano tradicional conoce los argumentos de los incrédulos:
Aquí en el original:
Y luego también, la primera vez que la mente se cruza con los argumentos y especulaciones de los no creyentes y nota qué novedosa luz arrojan sobre lo que hasta ese momento se consideraba sagrado; y todavía más, si se entrega a estas teorías y arroja como una carga de prejuicios lo que hasta entonces sostenía y como despertándose de un sueño empieza a forjarse una idea viva de que ahora no hay ley divina ni transgresión de la misma, de que el pecado es un fantasma y el castigo un espectro, de que es libre para pecar, libre para gozar del mundo y de la carne; y, aún más, cuando experimenta tales goces y ve que puede pensar y sostener lo que quiera, que "el mundo se encuentra ante él y que puede escoger lo que desee"*, y puede construirse el sistema de ideas que le venga en gana; cuando este torrente de pensamientos intencionados le inunda por completo ¿quién negará que el fruto del árbol de la ciencia (o lo que él considera ciencia) le ha convertido en un dios, con su sensación de holgura y encumbramiento? Una embriaguez, en realidad, que no deja de ser una iluminación por lo que a su estado subjetivo se refiere. De ahí el fanatismo de los individuos o de las naciones que abandonan súbitamente a su Creador. Sus ojos se abren desmesuradamente y, al igual que el rey castigado de la tragedia, ven dos soles y un universo mágico**, desde el cual vuelven la mirada a su estado primitivo de fe e inocencia con una especie de indignación y desprecio, como si entonces hubieran estado locos o víctimas de una impostura.Yo me he acordado de lo que está pasando ahora en Irlanda y España: somos Penteos que vemos dos soles y lo estamos flipando. Espero que no acabemos como él.
Aquí en el original:
And then again, the first time the mind comes across the arguments and speculations of unbelievers, and feels what a novel light they cast upon what he has hitherto accounted sacred; and still more, if it gives in to them and embraces them, and throws off as so much prejudice what it has hitherto held, and, as if waking from a dream, begins to realize to its imagination that there is now no such thing as law and the transgression of law, that sin is a phantom, and punishment a bugbear, that it is free to sin, free to enjoy the world and the flesh; and still further, when it does enjoy them, and reflects that it may think and hold just what it will, that "the world is all before it where to choose," and what system to build up as its own private persuasion; when this torrent of wilful thoughts rushes over and inundates it, who will deny that the fruit of the tree of knowledge, or what the mind takes for knowledge, has made it one of the gods, with a sense of expansion and elevation,—an intoxication in reality, still, so far as the subjective state of the mind goes, an illumination? Hence the fanaticism of individuals or nations, who suddenly cast off their Maker. Their eyes are opened; and, like the judgment-stricken king in the Tragedy, they see two suns, and a magic universe, out of which they look back upon their former state of faith and innocence with a sort of contempt and indignation, as if they were then but fools, and the dupes of imposture.*Paraíso perdido de Milton (XII, 646). ** Bacantes v. 918.
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