El libro de poemas en prosa de Rocío Arana* (proemas lo llaman los numenoreanos) tiene un título difícilmente superable -que además compendia muy bien el contenido del libro- y un prólogo de Julio Martínez Mesanza que explica muy bien la seriedad con que Rocío juega con las palabras y lo firme y logrado de su vocación poética.
Los textos, que ya vimos nacer en su blog, han sido reelaborados para el papel; podéis comparar los dos que más me gustan: las siete barbies solteras o Mi vida con Inés, pero también se pueden leer independientemente, como si fuera la primera vez, admirando esa voz única de Rocío que se compone de una mirada profunda que no renuncia a la inocencia, de una percepción sensorial de las cosas (no me pega decir sensual, quizá sea una percepción a medio camino entre lo sensorial o lo sensual, pero siempre con mirada limpia) y a la vez una estilización de cuento para niños.
Y no la conozco personalmente, pero me impresiona su capacidad para expresar la alegría, pero también la tristeza. Y la alegría de la compañía, pero sobre todo la soledad. Y la alegría de estar en el ahora y la alegría de la infancia y la tristeza de entremedias.
Y como nos sabe a poco, nos alegra encontrar nuevos textos en su blog, como este de Chucherías.
*Rocío Arana Caballero, Las siete barbies solteras. Prólogo de Julio Martínez Mesanza (Númenor. Cuadernos de poesía 23), Ediciones de la Fundación de Cultura Andaluza, Sevilla, 2010 [se puede pedir en este e-mail]
¡Gracias!
ResponderEliminar¡Las que tú tienes!
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