jueves, 4 de septiembre de 2008

El tema bodas

Yo soy muy partidario del tema bodas (salvo para mí) así que las que he visto en Eslovaquia me han alegrado lo indecible; además, estos días he caído más en la cuenta de esta frase que cita san Josemaría:
¿Qué son los sacramentos huellas de la Encarnación del Verbo, como afirmaron los antiguos sino la más clara manifestación de este camino, que Dios ha elegido para santificarnos y llevarnos al Cielo? ¿No veis que cada sacramento es el amor de Dios, con toda su fuerza creadora y redentora, que se nos da sirviéndose de medios materiales?
y lo uní con unos versos que me gustan mucho de Enrique García-Máiquez, que muestran bien esa unión de lo material con Dios en los sacramentos:
Dios firma su obra
de un trazo tembloroso
cuando me besas.
Así que estaba especialmente bien preparado para asistir el último día en Bratislava a una boda en la Catedral católica de rito oriental en la que el coro de mi amigo se superó si cabe, especialmente con esos Panie smiloisa (o algo así; significa Señor ten piedad) que repiten muchas veces en la liturgia, pero con incontables y maravillosas variaciones aquel día de la boda.
Los novios estaban en el umbral y el cura fue a buscarlos y después de varias bendiciones (hay bendiciones múltiples, se santiguan repetidamente, incensan repetidamente: no le tienen miedo a la repetición los cristianos de rito oriental) los llevó a la mitad de la iglesia y sin anestesia les puso los anillos él, después de hacerles la señal de la Cruz con ellos. De allí a los asientos de delante, donde les hizo una pregunta a la que contestaron Ano (que ya dije que era ) y entonces se metió el cura por la puerta central (la Puerta Real, reservada al clero) y allí, mirando hacia Oriente) le pidió (supongo) a Dios por los novios, con múltiples peticiones a las que el coro respondía con aquel maravilloso Panie smiloisa y también luego con Kyrie eleison (que es lo mismo en griego, como es bien sabido).
Y luego les puso una corona a cada uno y todo el resto de la ceremonia estuvieron con ella, supongo por lo de san Pablo del misterio grande del matrimonio, lo digo en Cristo y la iglesia. Y les cogió de la mano y dieron tres vueltas despacio, entre los cantos del coro.
Salieron y todos los asistentes les dieron el ramo de flores que cada uno llevaba.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por la cita, por la lectura honda y por la estupenda compañía.

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