Ayer me quejaba un poco de vicio (pero ¡atención! 76 litros por metro cuadrado en 24 horas), porque hoy ha amanecido un cielo con nubes rosas. Además me acordé de que había visto el día anterior la primera camelia del año: ¡y así hasta mayo! ¡y la mimosa está repleta de brotes a punto de florecer!
Toda esta floración me cuadra poco, porque yo lo situaba más bien en diciembre, así que ha sido una alegría. Antes lo que hacía era preguntarle a Antón, pero Antón (igual que Pedro, Félix y Periféricos: los tres a la vez) se ha ido este año a Madrid. Cuatro gallegos bien majos que se marchan: una pena, porque mucho me temo que no van a volver (aunque querrían), pero también es importante que vean mundo y que tengan una morriña de campeonato. Y aquí nos quedamos los parias, lamiéndonos las heridas y mirándonos en el ombligo de la realidad gallega.
Por suerte, Antón ha empezado un blog y es interesantísimo: un cóctel explosivo de impresiones de un gallego en Madrid, ornitología y buen sentido (y buen sentido del humor).
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