Nueva encíclica del Papa: prodigiosa.
Para perezosos (con miedo de no entenderla ni explicarme bien; iremos por partes):
Para perezosos (con miedo de no entenderla ni explicarme bien; iremos por partes):
Introducción:
Dios es amor (más adelante explicará las dificultades para comprender esto, por la polisemia y el desgaste del término 'amor').
Mandamiento de Dios a Israel: es el único Dios y los israelitas deben amarle con exclusividad.
Con Cristo, descubrimos que ese mandamiento no era una orden porque sí, sino que más que un mandamiento era la respuesta lógica, necesaria, de suyo, al amor primero de Dios por nosotros: "Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él" (1 Jn, 4, 16).
Ese amor a Dios es amor al prójimo [de eso hablará en la segunda parte de la encíclica].
Yo tambien lo estoy flipando, me ha sorprendido muy gratamente esta primera enciclica, sobre todo el romper con el falso tabu de que la iglesia esta en contra del eros, con el que a tantos valientes ignorantes se les llena la boca. Me ha gustado mucho el editorial de la Cristina en la tarde, de la COPE, una mujer que pertenece al movimiento Comunion y Liberacion, muy buena gente: En mitad del caos y la desesperanza, la primera encíclica de Benedicto XVI habla sobre el amor. Y no sólo eso. Viene preñada de la promesa maravillosa de la felicidad en la tierra, por el amor. He leído el texto conmovida por la humanidad del Santo Padre. En mitad de un mundo donde el cuerpo ha sido explotado y prostituido, convertido en objeto de consumo y comercio, Joseph Ratzinger reivindica el eros como camino hacia Dios. Con exquisita inteligencia reconoce en la pulsión erótica el deseo de felicidad y de infinito del hombre, que suspira por ser amaso par siempore. Desmitifica después que la Iglesia está en contra del eros, y proyecta nuestra mirada sobre un horizonte ilusionador donde el hombre y la mujer se recuperan la unidad del cuerpo y de lamente, del alma y del espíritu y reciben con gozo la experiencia amorosa aprendiendo a la vez a entregarse el uno al otro del todo, entera, eternamente. De una forma tiernísima, el Papa utiliza esta experiencia par mostrarnos la del amor del Dios cristiano que, como él dice, no es n ser lejano y abstracto sino el Ser creador que ama a su criatura, que la persigue, la abraza, la perdona contradiciendo incluso los criterios de la justicia humana. Para hacerse carnal, encontradle, táctil, Dios se hace Eucaristía e Iglesia, de forma que la fe deja de ser un esfuerzo o una ilusión mental para transformarse en el taparse con un hecho, un acontecimiento vivo, una persona. La última parte de la Encíclica explica que la práctica de la caridad es mucho más una ideología de justicia y se refiera a ese misterio por el que la Iglesia, y en ella personas como Madre Teresa se donan enteramente a los otros porque en ello encuentran a Cristo vivo, porque en ellos encuentran a Cristo vivo, palpable. Una experiencia que sólo es posible desde la creación. De esta manera, en este bellísimo texto, también la caridad queda unida al Eros, a la pulsión del hombre hacia Dios y de Dios hacia el hombre. Qué consuelo. En estos días aciagos, donde todo lo que considerábamos importante se derrumba, la fidelidad, la familia, la patria, un hombre pequeñajo, sencillo e inteligentísimo vuelve a poner nombre a las cosas y a explicarnos que el amor es posible, que la generosidad es posible, que es posible construir personas, familias y pueblos sólo a partir del amor. En definitiva, que es posible que la vida, nuestra vida, sea útil y feliz.
ResponderEliminarResulta extraño que ese tal diario "El País" piense que el amor (o mejor dicho su ausencia) no sea uno de los graves problemas que afligen al mundo.
ResponderEliminarResulta interesante que el testimonio puesto en el comentario anterior sea de participante de C&L.
Gracias por el vínculo! te puedo poner entre mis blogs amigos?
ResponderEliminarQue el editor haga lo que más estime conveniente, pero el texto original está en alemán.
ResponderEliminarLuego, ésta será la primera encíclica que estará bajo derechos de autor (explicación).
Es bastante sorprendente, porque en principio los documentos oficiales que tienen que ser públicos carecen de derechos de autor en el resto del mundo.
En mi opinión, un craso error (no la encíclica, sino los derechos).