jueves, 30 de septiembre de 2021

Inicio del canto 15 de la Ilíada: «verdecidos de miedo»

Estaba leyendo el inicio del canto 15:
Αὐτὰρ ἐπεὶ διά τε σκόλοπας καὶ τάφρον ἔβησαν
φεύγοντες, πολλοὶ δὲ δάμεν Δαναῶν ὑπὸ χερσίν,
οἱ μὲν δὴ παρ’ ὄχεσφιν ἐρητύοντο μένοντες,
χλωροὶ ὑπαὶ δείους, πεφοβημένοι· ἔγρετο δὲ Ζεὺς
Se me ocurrió hacer una traducción muy básica, palabra por palabra, para que se vea cómo es el texto:
Luego cuando a través de los entablamientos y el foso fueron
huyendo, muchos sucumbieron, de los dánaos a manos,
unos justo junto a los carros se detenían parados,
verdes por el miedo, aterrorizados; se despertó Zeus... 
Y compararla con la versión de Fernando Gutiérrez que, como se ve, no traduce verso a verso:
Una vez la estacada y el foso cruzaron huyendo
y muriendo muchísimos bajo el poder de los dánaos,
detuviéronse entonces en donde los carros tenían,
verdecidos de miedo. Y entonces, en lo alto del Ida,
despertó Zeus ...
Y la de Emilio Crespo:
Mas cuando franquearon la empalizada y la fosa
en su huida y muchos habían sucumbido a manos de los dánaos,
se fueron deteniendo junto a los carros y se mantuvieron allí
pálidos de espanto y presas de pánico. Entonces despertó Zeus ...
A mí lo que me llamó la atención fue "verdecidos de miedo". En mi traducción literal puse «verdes», pero podría haber puesto «verdes pálidos» o «pálidos». Claramente es más riguroso el «pálidos de espanto» de Emilio Crespo. De todos modos, no deja de ser impactante ese «verdecidos de miedo» 
La palabra chlorós es la que da lugar al «cloro» (y a la «clorofila»). 
Tiene un paralelo muy interesante en Safo, donde dice de sí misma que, por los efectos del amor se encuentra χλωροτέρα . . ποίας «más pálida que la hierba». Depende a qué hierba se refiera, claro. No creo que fuera hierba de campo de golf.

Esta foto es de Nava del Rey, en Valladolid, a principios de agosto

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Por Valladolid en agosto 4 - Urueña 2

A mí me gusta mucho, cuando estoy por la Meseta, ver puertas de casas:



En Urueña había algunas con esos ladrillos finos, sólidos, paralelogramos muy resultones:

Urueña es un pueblo muy fotogénico. Estuvimos mirando libros en alguna de las librerías. Nos paseamos por la muralla, viendo dentro los tejados y fuera el espectáculo de la llanura de Tierra de Campos. Ah, las nubes:





martes, 28 de septiembre de 2021

«Viaje de invierno», de Miguel d'Ors

Lo he traído de Follas Novas, he empezado a leerlo y he seguido y lo he acabado, el último libro de poesía de Miguel d'Ors. Una maravilla. Muy emocionante, con detalles muy graciosos, la perra "Ory / con el rabito eufórico", muy maja. Hay sonetos excepcionales. Todo está lleno de Santiago de Compostela, su pueblo y ahora el mío.

Cuando traía el libro por la Algalia, justo por donde vivió de pequeño Miguel d'Ors, pensaba otra vez en lo emocionante que fue para mí pasear por Santiago los primeros años. Ahora me parece un pueblo agrisado, todo ello empeorado por la pandemia, con tiendas cerradas y a la vez con más tiendas de turistas, de esas de todo a precio de basura.

Y me he leído el libro entero y podría empezar a saquearlo aquí, con el riesgo de citar mal algún verso, pero me conformaré con uno solo de los muchos del Santiago de su infancia:

Aquel ambiente inmóvil de lluvia provinciana

Ay, Señor, que nos queda todo el otoño y todo el invierno aquí. Que al menos tengamos días de sol de noviembre.



lunes, 27 de septiembre de 2021

Por Valladolid en agosto 3 - Urueña 1

 Fuimos dos veces a Urueña. La primera nos encontramos la ermita de la Anunciata abierta, así que la vi por dentro por primera vez. Es una gran ermita, valga el oxímoron.


Como veis, tiene dos salientes más modernos en las naves, Lo característico son esos rebordes curvos decorativos, lo que llaman "románico lombardo", por decir algo.


Tengo que decir que la moda en Castilla de dejar la piedra vista en el interior de las iglesias tiene que acabar. Que cubran todas las paredes de yeso blanco, tal como estaban. Y que dejen de decir eso de que las enyesaron por razones higiénicas. El hecho es que cualquier edificio antiguo con las piedras al aire es como si estuviera desnudo. A mí me parecen esos como resabios de gustos romaniquistas, que no románicos: piedras duras y hostiles en edificios en los que nadie se quedaría más de dos minutos:


Esta imagen estaba en un altar lateral:

Era un espectáculo las nubes. Ahí está la ermita, vista desde el pueblo:

jueves, 23 de septiembre de 2021

Otra vez Homero 2

Sigo leyendo la versión de Fernando Gutiérrez de la Ilíada. En el canto IX me encontré esto:

Y cada uno tenía a su mando a cien jóvenes hombres
y cada uno tenía en su mano la larga azagaya.
Y después, entre el muro y el foso, sentáronse todos
y encendieron el fuego y después prepararon la cena (9.85-88)
Y pensé si vendría de aquí el título de aquel libro de Julio Martínez Mesanza, Entre el muro y el foso.

El poema de Mesanza que da título al libro empieza así: 
Entre el muro y el foso, largas noches.
Negras noches de guardia junto a nadie.
El muro, la ansiedad y el negro foso
que no puedo mirar y el cielo negro.
Me gusta también mucho como recoge Gutiérrez el amargo discurso de Aquiles, que se queja de ser maltratado respecto a sus méritos (es un liberal de libro). El verso final es muy bueno, aunque la verdad es que me gustan todos:
Igual parte consigue el que queda en su tienda o quien lucha,
y en idéntica estima es tenido el cobarde y el bravo
y de análoga forma se muere el activo y el vago.
No he ganado ventaja ninguna con tantas fatigas,
exponiendo a diario mi vida en el cruento combate.
Como el ave a sus hijos implumes les lleva comida,
la que pudo encontrar padeciendo penosos trabajos,
así yo me pasé sin dormir largas noches sin cuento
y entregado a la cruenta batalla los días enteros
peleando contra hombres que por sus esposas luchaban (9.318-327).

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Otra vez, Homero 1

La traducción de Fernando Gutiérrez me la he cogido para leer este curso la Ilíada con los alumnos. Tenía mucha curiosidad y es que es la favorita nada menos que de Eloy Sánchez Rosillo y de Andrés Trapiello. Cuenta este en La fuente del encanto que Sánchez Rosillo comentaba en sus clases de Literatura Española la Ilíada y la Odisea, usando la traducción de Fernando Gutiérrez. Dice Andrés Trapiello que seguía:

la traducción de Fernando Gutiérrez (que él me descubrió, otro monumento y la única en la que, después de haberla leído ahí, quiere uno leer a Homero). Explicaba Sánchez Rosillo a los que le objetaban esa manera tan laxa de entender su asignatura, que literatura española era toda aquella que leemos en español, original o traducida de otras lenguas, y que comentando a Homero (y no a la mayoría de los poetas españoles que figuraban en el temario oficial) ponía al alcance de sus alumnos dos obras que son la llave para conocer la poesía que vendría después. Comparto su opinión enteramente, porque debemos lo que somos tanto a los que hemos leído en nuestra lengua como a lo que hemos leído traducido de otras. La poesía es un idioma universal escrito en lenguas diferentes, lo que tiene de verdad y de belleza es indestructible; no puede con ello ni la traducción más torpe, a poco concienzuda que sea. El Horacio de fray Luis se parece tanto a Horacio como los poetas chinos de Marcela de Juan a los originales chinos. Y sin embargo la poesía sigue en ellos, como una brasa incandescente, inextinguible (147).

Yo, de la traducción de Fernando Gutiérrez empecé leyendo el canto VI, el del encuentro de Héctor y Andrómaca. Me volví a emocionar cuando Héctor abraza su hijo, una vez que se ha quitado el casco que tanto había asustado al niño:

A su hijo querido besó y acunó entre sus brazos,
y rogó de este modo a Zeus padre y a todos los dioses:
-Zeus y todos los dioses, hacedme que sea mi hijo
como yo, y se distinga entre todos los hombres troyanos,
e igualmente esforzado y que reine de Ilión soberano.
Que de él digan: "Es aún mucho más valeroso que su padre",
al volver de la guerra con cruentos despojos de un héroe
abatido por él, y dé al pecho materno alegría.
Dijo, y al niño puso en los brazos de su esposa amada,
y ella aún, al llevarlo esta vez a su seno aromado,
sonreía y lloraba. Y sintió compasión el marido:
con la mano le hizo caricias nombrándola y dijo:
-¡Desdichada! (...)

Lo que le dice a ella es muy bonito también, pero no quiero alargar el texto más. Aquí está lo del llorar entre lágrimas de Andrómaca, el orgullo prospectivo del padre ante los futuros logros de su hijo. Todo esto es más emocionante todavía porque sabemos que Héctor va a morir, que Andrómaca será convertida en esclava y que el niño morirá despeñado desde las murallas.

martes, 21 de septiembre de 2021

La fuente del encanto

En agosto me leí La fuente del encanto. Poemas de una vida (1980-2021), el libro que terminó escribiendo Andrés Trapiello en vez de la antología poética que le habían pedido: es un comentario de sus poemas entretejido de un relato de lo que en su vida explica su poesía. En el centro está la fuente del encanto, un lugar donde iban desde León a pasar la tarde, que se convierte en la referencia de lo que querría que fuese permanente en su vida, ese sentido de plenitud de aquellas tardes de infancia. 


Es así una biografía poética, de lo que explica su poesía en su vida. A mí este libro me parece otro culmen de su obra. Yo había encontrado las 300 primeras páginas de Madrid magistrales, pero creo que este libro lo supera: es también contar su vida, pero aquí con la infancia en el centro. En ambos casos, hay una continuidad con sus Diarios, otra cima (o sucesión de cumbres), pero hacia arriba, como se ve en Quasi una fantasía.

Me ha gustado también mucho todo lo que este libro tiene de reflexión poética. Está además muy explícito Homero, más que nunca. No hace falta que me extienda, que ya lo explicó mejor Enrique García-Máiquez hace unos días. Solo pongo un poema suyo, una reflexión sobre la poesía a propósito de los Homeros que hay quizá en Homero: 

CANTAN LOS ÁRBOLES
Antes que el sol saliera cantó el olmo,
apenas unas notas, monosílabos
herrumbrosos y graves.
Despertada por él con delicadas
palabras al oído, de allí a un rato
le respondió la encina con un trino
que, igual que un surtidor sostiene el agua,
ella sostuvo en alto mucho tiempo.
Fue la señal: al punto comenzaron
a decir o cantar todos los árboles:
olivos y algarrobos, alcornoques,
laureles y cipreses... Ni siquiera
los zarzales dejaron de asistir
a una fiesta tan multitudinaria
y corrió de su cuenta que en las copas
no faltaran jamás ebrios gorjeos.
Así sucede siempre: hacen los pájaros
que los árboles canten en su nombre
para no distraer con sus plumajes,
como tantos aedos en la Ilíada
siguen cantando anónimos, ocultos
en las frondas de Homero.
Ha llegado la noche y el silencio
se adueñó de la tierra. Sólo un seco
y fantasmal castaño ulula fúnebre
mientras sigo escribiendo estas palabras...
Hasta hace un momento con amigos
bien queridos estaba, conversábamos
felices y animados, disfrutando
de la amistad y el vino.
Pero algo pasó. Me levanté y me vine
a este rincón yo solo, renunciando
a dones que la vida no suele prodigar,
por si acaso los árboles querían
de mí alguna otra cosa.

lunes, 20 de septiembre de 2021

Dos extraños ábsides de Burgos

Bueno, no son dos ábsides, pero no iba a poner dos «extremos» o algo peor. 

Uno es de un pueblo en el que nos paramos de vuelta de Santibáñez Zarzaguda, Mansilla de Burgos, que tenía un ábside, este sí, románico, como de fortaleza:

El resto de la iglesia era del XVII, creo. Mi madre se quedó en el coche, Marga y yo nos acercamos entre las hierbas, mientras Eva se iba a la entrada. Allí estaba este dibujo, al que le deben de quedar dos telediarios, lo que no impedirá que esos tres paisanos de Mansilla sigan muertos:


En la cabecera había un extraño arco que a algunos les parece mozárabe. No sé:

Esa tarde fuimos a la Catedral, a ver la iluminación de las vidrieras desde el interior. Esto es lo que no es un ábside, sino la capilla del Condestable, otra Catedral en el extremo de la Catedral. No hubo luz, así que nos fuimos:

jueves, 16 de septiembre de 2021

Nietas de viuda bizca

San Josemaría podía ser muy gracioso y muy irónico. Solía evitarlo en sus escritos, pero aquí supongo que quería resaltar de verdad que él no quería haber sido fundador de nada, algo que a la gente le suele costar creer. Es de una carta de las llamadas fundacionales, documentos con forma de carta que se están empezando a publicar ahora. Esto es de la carta 3:

Tal es mi horror a todo lo que suponga ambición humana, aunque irreprochable, que si Dios en su misericordia se ha querido servir de mí, que soy un pecador, para la fundación de la Obra, ha sido a pesar mío. Sabéis qué aversión he tenido siempre a ese empeño de algunos —cuando no está basado en razones muy sobrenaturales, que la Iglesia juzga— por hacer nuevas fundaciones. Me parecía —y me sigue pareciendo— que sobraban fundaciones y fundadores: veía el peligro de una especie de psicosis de fundación, que llevaba a crear cosas innecesarias por motivos que consideraba ridículos. Pensaba, quizá con falta de caridad, que en alguna ocasión el motivo era lo de menos: lo esencial era crear algo nuevo y llamarse fundador. 

Así se multiplicaban las obras, con nombres y finalidades que aparentemente nacían —atomizando las tareas apostólicas y mudando frecuentemente sus fines— de ese querer ser cabeza de ratón: y me divertía no poco —he de confesarlo, y pido perdón a Dios, si con eso le ofendí— diciendo para mis adentros, al considerar las finalidades concretas, diminutas, que daban origen a vestimentas chocantes y a familias religiosas iguales a otras muchas que ya existían, puesto que se diferenciaban solamente en el color del hábito, o en el cordón o en la correa ceñida a la cintura: Fundación del Padre Fulano, de hijas de Santa Emerenciana de Tal, para las nietas de viuda bizca, que tengan el pelo rubio (84b).

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Peatones y peatonas

 Vi un cartel entre las obras de mi Facultad. Este:

La verdad es que -espero no molestar a nadie- me hizo gracia. Luego lo pensé en castellano, y también: "Paso de peatones y peatonas" es gracioso, como de los Payasos de la Tele. 

He preguntado a gallegos DTLV* y me han dicho que nunca habían oído lo de "peoas". Siempre hay una primera vez.

martes, 14 de septiembre de 2021

Por Valladolid en agosto 2

Esos días de agosto empecé muy pronto las visitas culturales y luego me desinflé y al rumor de las hojas de los álamos blancos fueron pasando los días. El que a mi coche se le volviera a escachuflar el aire acondicionado, un clásico veraniego de estos últimos años, no ayudó, la verdad. 

La visita fue a las Cortes de Castilla y León, a una exposición que presentaban como magna sobre los 500 años de los Comuneros. Nos dejó bastante fríos. Era como aburrida, por decir algo. Todo estaba como oscuro, que es una tontada que hacen en muchas exposiciones, además de carteles demasiado bajos y con letra demasiado pequeña. No se podía hacer fotos, así que ni eso tengo.

Yo, por hacer pedagogía, le dije al guarda jurado, que quería que nos hidrogelizásemos antes de entrar, que si sabía que eso no servía para nada, pero que yo estaba ahora de tan buen rollo que hacía eso (y lo hice) e incluso un zapateado, si nuestras autoridades lo veían conveniente. La verdad es que no me reconozco: cómo voy cambiando a mejor.

Todo parecía puesto para rodear el cuadro de Gisbert, que está normalmente en el Congreso de los Diputados. Me sigue gustando más el Fusilamiento de Torrijos. Este malo no era, claro, y a mí siempre me había impresionado mucho tanto la cabeza cortada como la actitud serena de los próximos candidatos a cabeza cortada siguiente. Pero bueno.

Nos gustó este cuadro de Pradilla, de la pobre Juana la Loca, en Tordesillas, muy bien ambientado, hasta los detalles mínimos:

En resumen, alguna cosa bien. Todo estaba muy oscuro. Lo mejor, la cerveza de después.

lunes, 13 de septiembre de 2021

Por Valladolid en agosto 1

A principios de agosto me fui tres semanas a Tordesillas, donde hay una casa de retiros, El Rincón (por cierto que hay allí retiros y otras actividades todo el año). Todo el mundo se piensa que está en medio de un secarral, pero no: yo desde la ventana oí mucho el susurro de los árboles, que a veces, cuando había viento, hacían un sonido como de sonajero o de piedrecitas chocando o de unas olas golpeándose con el acantilado. No sé qué árboles eran, pero tenían hojas pequeñas y me hubiera gustado que fueran cedros, pero he mirado un momento por la red y no, aunque me hacía ilusión por lo de san Juan de la Cruz del ventalle de cedros aire daba (que luego resulta que nadie sabe muy bien qué es).


Había una zona de encinas (y moscas, parece que van a la par: esto de conocer realmente la naturaleza te estropea las idealizaciones) y otra de pinos. Y hasta parece que algún corzo se había metido durante el momento álgido del Covid.

Yo estuve muy a gusto allí. Me da la vida ver paisaje de meseta: me da igual que sea en lo más seco del verano. Habían puesto unos molinos de aspas gigantescos y se veían al fondo y tampoco importaba. 

viernes, 10 de septiembre de 2021

Arquitectura en Galicia y una parodia de una Cantata de Bach

Toca ponerse a presumir de gusto exquisito:

1. Me he entretenido mucho con las obras más destacadas de los Premios COAG de 2019 y 2020

Curiosamente hay dos campos de fútbol, muy chulos, el de Campano y el de A Gandareira.

También hay unas casas de hormigón flipantes, por ejemplo esta en Nigrán:







2. Y me he reído un montón con la parodia que hizo Peter Ustinov de una Cantata de Bach:

jueves, 9 de septiembre de 2021

Lo último, lo primero 2 - Miñón de Santibáñez

Ya solamente ver los campos segados era una delicia, o me lo parecía a mí. Ni me importaban los molinos de viento cibernéticos por todas las cimas. Hacía un sol casi de justicia cuando nos acercamos de vuelta a Miñón, un pueblecito con cuatro casas y una iglesia que tenía esta portada:


Estaba como empotrada por un lado en un contrafuerte posterior. Era un programa iconográfico «potente», como dicen los de Arquitectura:




La arquivolta exterior era como salientes triangulares, luego venían unas figuras que tocaban instrumentos, con contorsionistas y toda la pesca, luego la línea en zigzag y al final unos medallones de figuras que se están contorsionando, las más impresionantes:
  







Las figuras de la arquivolta exterior eran como cómicas, con cabezas grandes:



Había una tira de plantas muy fina:


Aquí el contorsionista:

 
En esta web hay un montón de fotos, con muchos detalles.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Lo último, lo primero 1: Santibáñez Zarzaguda

Visita a Burgos el fin de semana. Aprovechamos para ver pueblos el domingo por la mañana. Nos dio por Santibáñez Zarzaguda, que había visto que tenía una iglesia buena. Antes, hicimos una visita a la tumba de mi padre en el cementerio de Burgos: 19 años ya y no nos acostumbramos. Por suerte, era un día de sol.

Confiamos en internet y la magia de internet nos falló: pensábamos que habría Misa a la una, pero fue a las 12: todo estaba cerrado a cal y canto. Hasta la entrada al atrio, lleno de nogales, tenía un candado. Pero como vamos a esas excursiones domingueras a la que salte, todo nos parece bien. Mientras merodeábamos la zona, mi hermana mayor vio una furgoneta que vendía pan y le compró una excelentísima torta de almendras y un excelentísimo bollo: las penas con pan son menos.


La iglesia tenía buena planta. Además, había dos imágenes románicas incrustadas junto a la puerta del atrio:



Y en la torre, debajo del reloj, un friso transmitía buenas vibraciones, quizá traído ahí desde otro sitio:

Se me ocurrió que Santibáñez Zarzaguda, nombre raro, en inglés podía quedar hasta bien: Thornybush Saint John. Para otra vez se queda la visita al interior: al menos hay fotos aquí.

martes, 7 de septiembre de 2021

Me asomo para saludar

El año 2020 tenía previstos dos viajes que me hacían mucha ilusión, a dos Congresos, uno en Toronto (primera vez que cruzaría el charco) y otro en Atenas (¡ah!). El año 2020 pasó lo que pasó y yo estuve a punto de cruzar otro charco. Los dos Congresos los he tenido en casa, ahora virtuales, uno a principios de agosto y otro a principios de septiembre, que enmarcaron las tres semanas que pasé por Valladolid: esto resume mi ausencia del blog.

Ahora vuelvo con ilusión, de vuelta a las clases justo esta mañana. Ayer, volviendo de un viaje rápido a Burgos, oí dos programas de 2018 de Música Antigua sobre Purcell que tenía guardados: este sobre su música para la Capilla Real inglesa y este sobre otras composiciones. Ahí pusieron Strike the viol, de la Oda a la reina Mary: