Fuimos dos veces a Urueña. La primera nos encontramos la ermita de la Anunciata abierta, así que la vi por dentro por primera vez. Es una gran ermita, valga el oxímoron.
Tengo que decir que la moda en Castilla de dejar la piedra vista en el interior de las iglesias tiene que acabar. Que cubran todas las paredes de yeso blanco, tal como estaban. Y que dejen de decir eso de que las enyesaron por razones higiénicas. El hecho es que cualquier edificio antiguo con las piedras al aire es como si estuviera desnudo. A mí me parecen esos como resabios de gustos romaniquistas, que no románicos: piedras duras y hostiles en edificios en los que nadie se quedaría más de dos minutos:
Esa última foto: Castilla entera es la ermita. Qué maravilla.
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