miércoles, 16 de noviembre de 2022

Repaso del blog en septiembre de 2017

En septiembre de 2017 contaba mi estancia de tres semanas en Jerusalén. Comenzaba casi con el Santo Sepulcro, mi lugar más frecuentado y más querido de la Tierra Santa. Allí es evidente la división entre cristianos.

Yo iba a un curso de lenguas clásicas con método de lenguas vivas. Aquí cuento mi fracaso.

Conocí el mar de Tiberíades, pero antes un sitio que me recordó a la parábola del Buen Samaritano. Me emocioné en Tagba y visité Cafarnaúm. Recuerdo, del Monte de las Bienaventuranzas, el calor y las vistas. Visité el Cenáculo. Y la piscina probática. Estuve en el barrio de Mea Shearim.

Mientras, en ese mes me iba a un Congreso a Oxford, que empecé a contar a la vez que lo de Tierra Santa. Estuve en Christ Church, oyendo el Evensong.

Mientras contaba al alimón sobre Tierra Santa y Oxford, me fui a cortar el pelo y pasé por una exposición de arte contemporáneo. También reseñaba un libro de Juaristi, sobre surrealistas y estructuralistas en los años 40.

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