Ese mes comencé un cuasi-monográfico del viaje a Italia, un montón de fotos y algún comentario, día tras día:
Estaba la Pala de Brera de Piero della Francesca.
Y el Cristo de Bramante y la Flagelación de Signorelli.
La Sala de los Esposos de Mantegna en Mantua. También allí, la iglesia de san Andrés.
La capilla de los Scrovegni en Padua.
La vuelta a Urbino, el Museo Nazionale delle Marche, el edificio más precioso que conozco. Allí, cuadros de Piero della Francesca y quizá Berruguete.
La capilla Brancacci de Florencia. Más Masaccio en santa María Novella. La capilla de los españoles.
De Ghirlandaio, la capilla Sassetti. Y la capilla Tornabuoni.
Además, recogía lo que comentó Newman de lo que sintió cuando tuvo su enfermedad en Sicilia.
También unas reflexiones tirando a pesimistas sobre el estado de la Iglesia.
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