Lo pasé tan bien en Estocolmo, que me harté de poner cosas de allí, empezando con el Museo Nacional: por ejemplo un san Jerónimo de Georges de la Tour.
Por aquellas épocas estaba con el Julio César de Haendel.
Fue cuando me encontré en una mesa de intercambio de libros dos ediciones originales de JRJ.
En un parque me di, leyendo un poema malo de Neruda, con un chileno admirador de Coelho.
De vuelta de Estocolmo me vi racista, viendo a todo el mundo demasiado oscuro.
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En octubre de 2012 fantaseaba con hacer un reality con Antón de visitas a Museos de Ciencias.
Hablaba del edificio del Museo de las Peregrinaciones.
¡Lo que me pudo enfadar y hacer reír a la vez esa reseña tuya de nuestra visita! Muchas gracias por traérmela a la memoria.
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