Y me golpea un verso, porque justo es lo que me está pareciendo España desde que volví de Suecia. Es este:
las caras de anchoa aceitosa, los perfiles negroafricanosSí, lo estaba pensando todos estos días: qué feos somos, qué pintas, qué caras de pobres.
Y hasta entiendo ahora que los nórdicos nos miren por encima del hombro: desde los griegos por lo menos, belleza física se asocia con bondad moral, eso es irrebatible.
Y además, qué cara le echo yo ahora para echarles nada en cara a los galleguistas desde el XIX, cuando querían a toda costa escapar de la morenez y encontrar raíces celtas a los gallegos, lo que fuera con tal de no ser africanos.
Mirad a Pondal, cómo contrapone, el tío:
Vós sodes dos cíngarosMirad Vicente Risco, qué majo:
dos rudos iberos,
dos vagos gitanos
dos godos, dos mouros
e alarbios; q’aínda
vos leven os demos.
Nós somos dos galos
nós somos dos suevos,
nós somos dos francos,
romanos e gregos.
Nós somos dos celtas,
nós somos galegos.
(Queixume dos pinos e outros poemas, Vigo, 1995: 248: sois de los cíngaros, / de los rudos iberos, / de los vagos gitanos, / de los godos, de los moros / y árabes; que ya / los demonios os lleven. // Nosotros somos de los galos, / nosotros somos de los suevos / nosotros somos de los francos, / romanos y griegos. / Nosotros somos de los celtas, / nosotros somos gallegos)
Ora, na nacionalidade galega [o Celtismo] sinifica a superioridade indiscutible da nosa Raza sobre das razas morenas euroafricanas da Iberia, e pol-o tanto, a inxusticia de que sexamos domeñados e gobernados por iles. (Galicia céltiga, 1920 Ahora, en la nacionalidad gallega [el celtismo] significa la superioridad indiscutible de nuestra Raza sobre las razas morenas euroafricanas de Iberia, y por lo tanto, la injusticia de que seamos domeñados y gobernados por ellos).O también:
Sexa pol-a millor adautación á terra, sexa pol-a superioridá da raza, o certo é que nin a infiltración romana, nin a infiltración ibérica conseguiron destruir o predominio do elemento loiro centroeuropeo no pobo galego. (Teoría do nacionalismo gallego, Buenos Aires, 1966: 22: Sea por la mejor adaptación a la tierra, sea por la superioridad de la raza, lo cierto es que ni la infiltración románica ni la infiltración ibérica consiguieron destruir el predominio del elemento rubio centroeuropeo en el pueblo gallego).Más, en este artículo (PDF), de donde tomo el último texto y traducción, y donde podéis deleitaros con textos similares de Castelao, Otero Pedrayo, etc.
Hala,
Esto es como mi amigo Rafa, extremeño, de Coria, "cerrado de barba y de mollera" que diría Quevedo, y que dice que cuando fue a estudiar a Londres con 12 años comprendió que no era blanco.
ResponderEliminarMi mujer es guapísima y, por supuesto, gallega. Lo malo es que es morena y bajita. No sé qué hubieran pensado Pondal Y Risco.
ResponderEliminarMe recuerda aquella hermosa balada que decía:
ResponderEliminar"Que se mueran los feos
que no quede ninguno..."
A mí el racismo me parece aún más ridículo que absurdo. Me basta recordar lo poco de "ario" que físicamente tenía Hitler. Juzgar a la gente por su aspecto es como valorar un regalo por su envoltorio. No, hombre: el regalo es lo de dentro.
ResponderEliminarSí, Balaverde, yo me veo como tu amigo Rafa.
ResponderEliminarY te doy toda la razón, Javier: tu mujer tiene una belleza italiana, florentina, española y gallega, pero eso no lo debían de tener previsto ninguno de aquellos mangantes del "galleguismo".
Y sí, dJV y Pedrete: juzgamos a la gente por su aspecto. Es una actitud ridícula, salvo en los racistas, que es además criminal.
Estas ideas son comunes en la época, en todos los ámbitos. Francisco Villaespesa tiene páginas defendiendo la superioridad de la raza mediterránea y el cráneo de los almerienses.
ResponderEliminarHoy llaman la atención porque hemos conocido el nazismo y el antisemitismo. Pero en su momento eran tan comunes e inofensivas como hoy lo es la defensa de la superioridad de la "dieta mediterránea".