Yo estaba emocionado, así que decidí ir racionando las salas para ir pasando otras zonas del Museo más deprisa, sobre todo las de antigüedades egipcias.
A mí esa civilización me abruma o me impresiona, pero no me roba el corazón. Me doy cuenta de su importancia, claro, pero esa pasión por lo funerario y lo descomunal me deja fuera. Así que más me llamaron la atención tablillas en griego, como estas etiquetas de momias:
Yo no sé si es por esa manía antiegipcia mía, pero casi me gustaron más las recreaciones decimonónicas (o vigésimas) del arte egipcio en las paredes y los techos:
También tenían una tumba de un funcionario de la zona de las Pirámides de Gizeh. Os pongo por ejemplo esta procesión con viandas animales: