En el Museo de la Ciudad de Viena lo que sí que fue una grata sorpresa fue encontrarme la zona de estar del apartamento de Adolf Loos allí instalada:
La palabra «bonito» no sé si le cuadra mucho aquí; sí es un lugar donde apetece estar. Lo interesante es que Loos no quiere que todo «conjunte»; de hecho podría parecer que es una reunión de elementos disparejos, que es lo que es, pero pensada, ahí está la diferencia.
Y viendo las fotos me he acordado de que «había hecho idea» de ir a ver el American Bar de Loos en Viena, pero ni fui, de tantas cosas que tenía que ver.
El hecho es que la visita a la Villa Müller en Praga fue para mí un hito y siempre he querido ver más de Loos. Esta vez al menos entré en la casa que tiene en la plaza que está enfrente del palacio imperial. En el comercio de la planta baja ahora hay un banco. Era flipante el uso de los materiales, la simetría, todo:
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