Plato, propheta Christi

En su primer libro, Ratzinger ya mencionaba de pasada esto (y yo lo recogí ya aquí).
Ahora en Jesús de Nazaret. Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección, la segunda parte del libro que se pone a la venta el miércoles, enlaza la referencia al pasaje de Sb 2, 10-20:

El Libro de la Sabiduría conocía quizás la hipótesis teórica de Platón, que en su obra sobre el Estado intenta imaginarse cuál hubiera sido el destino del justo perfecto en este mundo, llegando a la conclusión de que habría sido crucificado (cf. Politeia II 361e-362a). Tal vez el Libro de la Sabiduría ha tomado esta idea del filósofo, la ha introducido en el Antiguo Testamento y, ahora, esta idea apunta directamente a Jesús (p. 246).

En el texto de Platón, Glaucón habla con Sócrates sobre el injusto perfecto, que descubre que (361a ἐσχάτη γὰρ ἀδικία δοκεῖν δίκαιον εἶναι μὴ ὄντα: la última injusticia es parecer ser justo no siéndolo) y el justo perfecto, del que dice lo siguiente:

ἐροῦσι δὲ τάδε, ὅτι οὕτω διακείμενος ὁ δίκαιος μαστιγώσεται, στρεβλώσεται, δεδήσεται, ἐκκαυθήσεται τὠφθαλμώ, τελευτῶν πάντα κακὰ παθὼν ἀνασχινδυλευθήσεται καὶ γνώσεται ὅτι οὐκ εἶναι δίκαιον ἀλλὰ δοκεῖν δεῖ ἐθέλειν.
Dirán que si realmente lo es, el justo será azotado, lo estirarán en el potro, lo tendrán atado, le harán quemaduras en ambos ojos y al final, tras sufrir toda clase de dolores, será crucificado y descubrirá que no hay que ser justo, sino querer dar la impresión de que lo eres.