En esos días de Florencia, teníamos reservado uno a la semana para ir a visitar sitios más alejados. Yo propuse un recorrido de Piero della Francesca por Arezzo, Monterchi y Sansepolcro, aunque ya había estado en Arezzo (escribí dos entradas, muy buenas, la verdad, sobre los frescos de Piero y sobre lo que vimos en la ciudad), pero por qué no otra vez. Era además la fiesta de san Donato y la visita a la iglesia de san Francesco era gratis, algo importante, porque en Italia cobran en todas partes y no hay reducciones casi, ni como profesor ni como nada. Y siempre gusta ir gratis a sitios de pago, por lo menos a los que somos un poco roñosos.
Nos dieron hora para la una, así que nos fuimos a la Catedral, que yo ya conocía. Tiene en la cabecera una especie de retablo muy bonito, que recubre la tumba del santo del día:
Esto es la vista por detrás:
Allí volví a ver esta Magdalena del inmarcesible Piero:
Nos paramos en esta casa, llena de lápidas. Vi lo mismo por otros sitios de Italia: gran idea y un buen modo de conservarlas:
Esta vez entramos en santa Maria della Pieve, una iglesia que destaca sobre todo por el mero hecho de mantenerse en pie: se ve que intentaron hacer algo aéreo y elevado y lo pasaron mal para que no se les cayera. Este es el ábside (y fijaos en esa columna con tirabuzón, para tentar más a la suerte):
Da a la plaza monumental:
Y esto es lo que tuvieron que hacer:
Junto a esta adoración de los Reyes (que tiene tantas cosas parecidas a la misma representación por todo Santiago) hay una inscripción que recuerda las restauraciones y que están ahí los restos de san Donato:
La fachada era más inestable, si cabe. Y la torre, bueno, también daba un poco de miedo:
La fachada, como un castillo de naipes:
No diré mucho de san Franceso de Arezzo. Sólo comentaré cosas secundarias, por ejemplo que en una capilla lateral había una capilla a los caídos, algo que no parece que sea especialmente habitual. También tienen sus problemas de gestionar las guerras del pasado en Italia:
Otra vez me quedé pasmado ante los frescos de Piero sobre la Santa Cruz. Pongo alguna foto, pero por ponerlas, porque las fotos son malas:
En un sarcófago romano reutilizado tenían los restos (son muy de eso en Italia) del beato Benedetto Sinigardi, al que se atribuye la invención de la oración del Angelus:
Nos dieron hora para la una, así que nos fuimos a la Catedral, que yo ya conocía. Tiene en la cabecera una especie de retablo muy bonito, que recubre la tumba del santo del día:
Esto es la vista por detrás:
Allí volví a ver esta Magdalena del inmarcesible Piero:
Nos paramos en esta casa, llena de lápidas. Vi lo mismo por otros sitios de Italia: gran idea y un buen modo de conservarlas:
Esta vez entramos en santa Maria della Pieve, una iglesia que destaca sobre todo por el mero hecho de mantenerse en pie: se ve que intentaron hacer algo aéreo y elevado y lo pasaron mal para que no se les cayera. Este es el ábside (y fijaos en esa columna con tirabuzón, para tentar más a la suerte):
Da a la plaza monumental:
Y esto es lo que tuvieron que hacer:
Junto a esta adoración de los Reyes (que tiene tantas cosas parecidas a la misma representación por todo Santiago) hay una inscripción que recuerda las restauraciones y que están ahí los restos de san Donato:
La fachada era más inestable, si cabe. Y la torre, bueno, también daba un poco de miedo:
La fachada, como un castillo de naipes:
No diré mucho de san Franceso de Arezzo. Sólo comentaré cosas secundarias, por ejemplo que en una capilla lateral había una capilla a los caídos, algo que no parece que sea especialmente habitual. También tienen sus problemas de gestionar las guerras del pasado en Italia:
Otra vez me quedé pasmado ante los frescos de Piero sobre la Santa Cruz. Pongo alguna foto, pero por ponerlas, porque las fotos son malas:
En un sarcófago romano reutilizado tenían los restos (son muy de eso en Italia) del beato Benedetto Sinigardi, al que se atribuye la invención de la oración del Angelus:
No hay comentarios:
Publicar un comentario