A través de D. Vicente veo este yutiuf:
Una canción para ser «cantada con violines ante el Santísimo» en esa Catedral, de Sebastián Durón (1660-1716), que no tenía el enorme gusto de conocer.
Y para colmo, con imágenes de la catedral de Palencia, una de mis favoritas (sobre todo por dentro), aquella en la que entró Vighi.
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