jueves, 23 de agosto de 2007

En Valladolid (VIII)

En realidad en Palencia (I)
Ya he renunciado a estar al día en el blog de lo que hago; la vida ha podido a la literatura y me alegro: mucho visto, mucho que contar de estos días en Valladolid (y todavía me queda hasta el 31). Hoy, sobre la excursión de ayer:
Fuensaldaña: castillo, cerrado.
Mucientes: pasamos al lado del último campo donde jugué al fútbol -es un decir- en tiempos.
Cigales: enorme iglesia; muy bonita de lejos; de cerca, banal.
Ampudia: el castillo, cerrado. Abre sábados y domingos: una pena. La iglesia, bien: púlpito de Alejo de Vahía.
Mirador de Autilla: enorme extensión de Tierra de Campos. Los que vienen conmigo no son muy sensibles al amarillo, yo sí. Muchas nubes, frío: delicioso mes de agosto fresquete.
PALENCIA: la CATEDRAL (van adjetivos ponderativos): admirable, elegante, esbelta, con retablos maravillosos, tablas flamencas, una cripta con columnas de los balbuceos del fin del mundo antiguo. Y por qué la gente no viene en masa por aquí. Paseo por la calle Mayor. Comemos en el Monte el Viejo, en las afueras.
A Frómista. Miro con malos ojos la iglesita de san Martín, tan perfectamente románica que parece una maqueta en tamaño natural (estoy desarrollando una fobia a la palabra 'maqueta').
Monzón de Campos: castillo muy bonito de ver desde abajo. En realidad, abandonado.
PAREDES DE NAVA: conmoción en la Iglesia de santa Eulalia. Retablo con tablas de Pedro Berruguete (hijo del pueblo) y esculturas de su hijo Alonso Berruguete (hijo del pueblo). Caigo en la cuenta de que otro hijo del pueblo, Jorge Manrique, quizá no viera (por edad) ni las tablas ni las esculturas y me da pena.


Los rojos y los verdes de las tablas, el encanto de las escenas, la delicadeza. Me dan ganas de robar alguna, como ya hicieron hace años. Más tablas en una capilla. Un san Joaquín y santa Ana de Alejo de Vahía, que vivió en el pueblo de lado, Becerril, que nos quedamos sin ver [Miro ahora en Google y resulta que Becerril tiene un museo de caerse de espaldas, con montones de cosas de Berruguete, de Alejo de Vahía y de otros; me consuelo pensando que no se puede hacer todo en un día].
Grijota: el cura, muy majo, nos lleva de la iglesia a la ermita, mientras nos cuenta el bien que están haciendo en el pueblo dos monjas que se han instalado allí con lo puesto -en sentido estricto- y en la más estricta pobreza -en el sentido más estricto-. Alegría de ver la santidad por las calles de un pueblo de nombre que les sonará a los alumnos de historia del español: Grijota, que viene de Ecclesia alta, aunque parezca mentira.
Baños de Cerrato: la iglesia de san Juan de Baños, seguramente la más antigua de España, dedicada por Recesvinto el 661. Y otra maravilla, para recordar junto a san Cebrián de Mazote y Celanova: iglesitas salvadas por milagro. La pobreza y la elegancia. Las columnas de mármol, los capiteles de decadencia clásica o de albor de otra cosa, que algunos llamaron Edad Media:


Fin de recorrido en La Trapa. Y vuelta a Valladolid.

2 comentarios:

  1. Tu página puede ser perfectamente una maravillosa guía de viajes.
    No conozco Palencia, pero la verdad es que me gustaría y después de leer tu post, más.
    SALUDOS!

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  2. ¿Que por qué la gente no viene en masa? ¡No les des ideas!

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