Pons-Sorolla

Para los que estéis por aquí, merece mucho la pena una exposición que hay en Fonseca sobre Francisco Pons-Sorolla, arquitecto encargado de la restauración de muchos monumentos de Santiago (y en toda Galicia) entre 1945 y 1975.

Era respetuoso con lo que había, intentaba mejorar las cosas dentro de un orden y arreglar lo que se pudiera (y no se le pasaba por la cabeza poner ni cristal ni metacrilato), por ejemplo quitó las casas que tapaban en parte las murallas de Lugo, rescató de los pantanos la iglesia de Carballedo y la de Portomarín, colaboró con Chamoso Lamas en las excavaciones de la Catedral, restauró Monfero, Sobrado, Oseira. Y volvió a poner sobre la puerta la escena de adoración de los Reyes de la iglesia de san Fiz de Santiago, que tanto me gusta.

Y hay algún cuadro suyo bonito (era nieto de Sorolla, su padre era pintor también, hay un cuadrito muy bueno de su madre), y también planos impresionantes, apuntes de visitas de obras, sus cámaras de fotos, sus instrumentos de trabajo.

Sorprende que sea una exposición que organizó la parte del gobierno del Bloque Nacionalista Gallego (concedámosles eso -ahora que se van- y quedemos bien ante nuestro público), porque es un arquitecto bien instalado en el franquismo, que no tuvo delirios ni siquiera regionalistas y que escribía en castellano (e incluso cuando en los paneles citan sus palabras las dejan en castellano, sin traducirlas al gallego, algo absolutamente prohibido por el bloquismo biempensante; y hasta en uno de los paneles se llama a Galicia rexión, un gol por toda la escuadra).

Así que quiero facilitar por todo ello a la comisaria, Belén M. Castro Fernández, a la que no tengo el gusto de conocer, pero que se merece un elogio grande por esta excelente exposición. Y a los del gobierno del Bloque: ojalá hubiérais sido así en todo lo demás.