Hoy me he encontrado en mi buzón de la Facultad el CD (los dos cedés) del XL aniversario del Orfeón Caixa Galicia "Terra a nosa" (con Barca di Venetia per Padova de Adriano Banchieri, los Membra Jesu nostri de Dietrich Buxterhude y el Deutsches Requiem de Brahms), del que hablé [es un eufemismo por pedí] en esta entrada.
Y con él venía una carta muy amable de Mithrandir.
Todavía no he empezado a oírlo, porque estoy repasando el Mesías de Haendel (el sábado en la Catedral, qué emoción).
Y este blog, aparte de medio para hacer amigos (y algún enemigo), para terapia, como sustitutivo de la creación literaria y como altavoz me ha servido para tener un disco. A partir de ahora lo podré contar: con mi blog he conseguido un disco (alguna cosa más, he de decir, en honor a la verdad).
Muchas gracias, Mithrandir. Y volveré a estar el día 30 en la Catedral para el Ordo Prophetarum: creo que ahora que estoy entrando por la buena senda de la música clásica lo voy a poder apreciar mejor que la primera vez.
Definitivamente, Ángel, eres un grande. Buxtehude y Haendel, junto con Brahms, comparten esa ascendencia noralemana mágica, alejada de la minuciosidad y el motivo del sur, que desarrollarían Haydn y Mozart.
ResponderEliminarHay mucho que trabajar todavía con los del norte, con Schütz, Pieterszoon y Sweelinck. Yo, de momento, preparo la última asignatura de la carrera hasta Palestrina. Un abrazo. José Antonio
¡qué envidia, una interpretación arqueológica del "Ordo prophetorum"! disfrútalo también por mi, porque llevo años buscando la oportunidad de escucharlo. Pude hacerlo hace dos veranos, pero claro, no era el momento litúrgico... y no es lo mismo. Felices fiestas (Chema)
ResponderEliminar"Ordo prophetarum", claro. Tanto estudiar para esto (Chema)
ResponderEliminarSoy devoto de los Membra Jesu nostri de Buxtehude, que tiene además preciosas composiciones para órgano. Y este domingo también yo escucharé El Mesías, pero no en una catedral. Habrá que conformarse.
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