Volví ayer a la página de los libros impresos en Basilea; es extraordinaria y los libros son preciosos, por ejemplo éste de Demóstenes (Basilea, 1550):
Lo tenemos también en la Biblioteca de la Universidad, aunque censurado, porque algunas de las traducciones eran de Philipp Melanchthon, gran filólogo pero también mano derecha de Lutero.
Algún día habría que hablar de por qué los que se dedican al griego han sido grandes heterodoxos (yo no, yo soy la pura ortodoxia). Un buen libro para introducirse en tan interesante cuestión es el Panorama social del humanismo español, de Luis Gil.
En ese sentido, un personaje a destacar fue el burgalés Francisco de Enzinas (1518-1552), del que se publicaron hace unos años unas fascinantes Memorias (Madrid: Ediciones Clásicas, 1992), cuya lectura recomiendo. Habiendo libros así, te preguntas el porqué de tanto bombo por la novela histórica.
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