Cristo por las calles

La procesión del Corpus Christi por las calles de Santiago de Compostela.

Al final de la procesión una señora me hizo una foto y me sentí como un bantú en su danza ritual. Estábamos en el Obradoiro, en la bendición final, con gente de rodillas, y supongo que pensaría que la escena era suficientemente exótica. Ocupábamos un sexto de la plaza y hacía un frío que pelaba.

Representación oficial: dos concejales (del partido socialista). El escudo que llevan los Maceros del Concello de Santiago:

A lo largo de la procesión echaron flores a la Custodia. Aquí unas monjitas preparándose:


Tenían muy buena organización las monjitas (es una residencia de estudiantes):


Y aquí cuando echaron las flores:



Al lado estaba un coro, que cantó a lo largo del recorrido varias canciones latinas, como O sacrum convivium (y muy bien):



Sólo había una niña de Primera Comunión. La procesión se hace a última hora de la tarde: es un gran error. No había casi niños.

También en la puerta de la iglesia de Salomé (es una Iglesia dedicada a Santa María Salomé, la madre de Santiago) unas chicas cantaron una canción en gallego: era bonito oírles cantarla.

Aunque me despistase haciendo las fotos (y quizá tendría que haberme centrado más en la procesión), estaba bien preparado por la homilía del Papa el día del Corpus en Roma. Intentaré resumirla:

El Jueves Santo se hace una procesión con la Eucaristía: se trata de acompañar a Jesús al huerto de los olivos, el cordero pascual -cuya sangre defendía los hogares judíos la noche de Pascua- traspasa el umbral para morir y ser el pan que alimenta.

En la fiesta del Corpus Christi se recorre con Cristo el camino del resucitado a Galilea, la puerta de los gentiles, donde dice a los discípulos: id a predicar a todas las gentes. A la vez se trata de seguirle hacia el cielo, donde nos precede.

Es por tanto una fiesta de apertura al mundo, de alegría.

Más y mejor leyendo la homilía completa, por ejemplo aquí. Una maravilla, no hay otra palabra: claridad, profundidad, mistagogia, llamada a la acción del cristiano.