Algunas cosas que me ido apuntado de lo que voy leyendo de la Introducción del Símbolo de la fe, de fray Luis de Granada:
"Los cuatro tiempos del año, que son invierno, verano, estío y otoño" (56).
Es decir, que sigue siendo, a partir de la palabra latina ver (=primavera) de donde verano, pero significando lo que nosotros llamamos primavera. Es como si se hubiera movido cada estación un poco, aunque al final sea lo mismo. En nota el editor comenta, citando el Quijote, un pasaje donde hay cinco estaciones, estas cuatro más la primavera, con ese nombre. Pero el hecho es que nos ha quedado como una alternancia entre verano y estío. Estoy por pedir un proyecto de investigación subvencionado para darle vueltas a esto; por los efectos del cambio climático en los nombres de las estaciones, digo.
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Músculo es literalmente ratoncillo (de la palabra mus, muris): creo que la imagen se ve bien pensando en un bíceps como un ratoncillo que está bajo la piel. Pues fray Luis llama a los músculos morecillos (p. 62), que es la evolución más natural a partir del diminutivo murem con el diminutivo (músculo es un cultismo). En el Diccionario de la RAE documentan murecillo.
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