martes, 20 de septiembre de 2011

El pueblo de monjas

Por seguir con el tema, otro día de excursión fuimos por el borde con Rusia, hasta un pueblo de monjas ortodoxas, Puhtitsa (la colina de la cigüeña).

Entrabas y te encontrabas la capilla del cementerio, de la que nos echaron al segundo: una monja (o lo que fuera) intentaba encender una estufa y aquello estaba lleno de camas en el suelo (me quiso recordar a algo, quizá a un cuento de Chejov): resultó que al día siguiente era la fiesta del icono de la Dormición de María y allí se conoce que dormirían los peregrinos.

Y el cementerio eran tumbitas de mojas -muy poco espacio, ca. 30x60, no parece que cupieran, a no ser que las enterrasen de pie- cubiertas de flores:



Y una especie de casita en un extremo:


Había una inscripción y qué emoción cuando conseguí leer starets: allí estaba enterrado uno como el starets Zosima de Los hermanos Karamazov:


Murió en 1941 el pobre, con 71, quizá de viejo, pero nadie se moría en paz allí un año como ese.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho visitar cementerios. Y lo que veo de éste, con tantas flores, me parece precioso.

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  2. T., a mí también me gusta visitar cementerios: me parecen muy ilustrativos de muchas cosas.
    Ya hablaré de otro que visité en Estonia también.

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