lunes, 6 de abril de 2009

Entre León y Lugo (4 de 8)

Repitiendo pasos, de san Isidoro fui a la Catedral: cerrada*.
Y la querencia me llevó a donde quería volver, a san Marcelo, a ver el Cristo de los Balderas, de Gregorio Fernández. Y hasta hice fotos con el móvil (menos da una piedra):

Malejas me salieron, pero a mí que Gregorio Fernández no se deja fotografiar, Incluso cuando llegué no acababa de reconocerlo en aquella imagen que me conmovió hace unos meses, pero luego, sí, de cerca, desde algunos lados, parecía que era el que era: un Cristo sereno ya, a punto de morir.
Y en la otra capilla lateral estaba la Virgen que puede ser también de Gregorio Fernández, con un manto de madera pero que parece verdaderamente metálico (y me acordé de la fórmula de los ropajes broncíneos de Homero) y con esos pliegues 'metálicos' de los ropajes, tan característicos del mejor escultor español (hay gente que dice que ese título le corresponde a Martínez Montañés, pero yo casi no lo conozco, así que haré como que no existe y seguiré con Fernández en el nº 1). También hice una foto, pero casi peor que la otra (el móvil no tiene zoom y estaban en Misa):

Y me quedé sin hacer la foto del santo titular: un centurión romano padre de doce hijos, que Gregorio Fernández representó algo fondón, con armadura y unas alitas (he encontrado esta foto). Sobre todo la cabeza es prodigiosa; lástima del retablo que hay ahora, algo malejo, porque la imagen es muy buena. A ver si a la vuelta hago una foto que les haga justicia.

*Cierran a las 7, y de 1:30 a 4 también está cerrada: increíble. Estamos mal acostumbrados en Santiago, catedral de peregrinación: abierto desde las 7:30 de la mañana hasta las 9 de la noche, ininterrumpidamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario