Un amable comentarista castreño me recordó en esta entrada sobre Doña Encarna que a los monaguillos nos daba dos pesetas cuando ayudábamos a Misa los domingos (a don Emiliano, que acaba de cumplir en Covarrubias 50 años de sacerdote) o a don Isidro (que ahora es obispo) y que íbamos a gastárnoslas a continuación a la tienda de ultramarinos de Carmen, la hermana de doña Encarna.
Y otra vez vinieron los recuerdos de Castrojeriz, mi pueblo.
Y yo te doy parte de mi maduración: a tu pueblo se llega tras un tramo de carretera que se usó para un anuncio de coches: luego una subida mala y unas vistas preciosas; junto a los muros de la iglesia, un catalan quería hacer un albergue; la iglesia durante cinco horas permaneció cerrada;los peregrinos siguieron su camino.
ResponderEliminarQué suerte, tú. Yo no soy de pueblo, y bien que lo siento. Este verano te prometo que visitaré Burgos, y luego te lo cuento.
ResponderEliminarVaya!! Cuánta nostalgia! Yo que cuando estoy en coruña hecho de menos mi pueblo.. seguro que se agolpan un montón de recuerdos..
ResponderEliminarUn saludo.