¿Y qué decir que no haya dicho ya?
¿Recordar cuando decía de su vaso de leche de pequeña que tiene pieles? ¿Volver a ver la foto de pequeños con mi padre, nosotros como los reyes en las Meninas? ¿O esa otra en la que salimos los cuatro hermanos con las primas de Pancorbo? ¿O esa foto de la hija de Cualladó que me recuerda a Marga de pequeña? ¿Volver a sacarle los colores?
Ayer, intentando hacer memoria ¡y qué mal recuerdo los años de pequeños en Castrojeriz y qué rabia me da! me acordé de un día que nos fuimos ella y yo con unas botas de agua nuevas a comprobar la profundidad de los charcos: nos metimos primero en los que estaban al lado de casa, trasparentes primero y luego barrosos al meter las botas; también fuimos por el arroyo Garbancillo, donde pescábamos cangrejos aquellos años, al lado de una construcción abandonada para lavar ovejas y junto a un árbol al que nos subíamos fácil, desde el que se veía el chalé de los Iturmendi, el non plus ultra del lujo.
Y me he acordado también de un juego que hacíamos mucho, jugando con los hijos del médico: marcar un círculo de tiza y repartirse trozos que íbamos conquistando a los demás no sé cómo.
Y cuando se nos presentó la señora Justina y nos amenazó, como si estuviéramos al final de Matar un ruiseñor, aquella pobre vieja que vivía sola en su casa llena de basura, hasta que la casa ardió.
Qué preciosa entrada, y qué emocionante. Las fotos con tu padre y vosotros en la ventana, y con las primas, de premio. ¡Yo también te felicito Marga! Y, de paso, a Arp por revivir esos recuerdos con nosotros.
ResponderEliminarPreciosa entrada, sí. En mi pueblo -yo sólo veraneaba- también había una vieja loca que vivía entre basuras y cubierta de mugre, casi ciega. Se llamaba Matilde.
ResponderEliminar¿Y dices que los recuerdas mal?
ResponderEliminarMe maravilla la cantidad de detalles que recuerdas y cómo te fijabas en las cosas. Lo del vaso y los puntos de la media que te leí creo que en otra entrada de cumpleaños es inolvidable.
Felicidades para Marga, con la que comparto el asco por todas esas pieles. Me muero de arcadas cuando veo a alguien comerse la tela esa de la leche pegada en la cucharilla.