martes, 27 de noviembre de 2007

Pinto con plata

El sabado vimos desde la Herradura la Catedral. El bendito cambio climático hace que sigamos disfrutando de cielos sin nubes (o con pocas, o al menos no de lluvia): las nubes eran oscuras, pero la luz por debajo hacía que pareciese la vista de Toledo del Greco, aunque no tan verde: más con tonos plata y azules. Diría que un poco Zuloaga, si no fuera rebajarlo. No querría utilizar la palabra arrebolado, pero con este recurso retórico del 'no querría' la uso: un cielo arrebolado y plateado.
Ayer, mientras forcejeaba con una traducción de Demóstenes, se pusieron a pasar nubes por mi ventana cuadrada, para despistarme; se juntó el hambre con las ganas de comer: eran plateadas y rosas, nubes de la tarde con el sol por debajo.
Esta mañana: la luna de plata en un cielo brillante.
Delante de mí, una postal de Margarita Teresa en rosa y plata.
Y que se amarguen los apocalípticos con el cambio climático. ¡BAMS!

3 comentarios:

  1. Rosa y plata, y también puntos de oro sobre el fondo azul: en tu nota, en la ventana cuadrada y en el cuadro de Margarita-Teresa. Y qué preciosidad en el cuadro ese vasito de flores sobre el telón azul (prueba a tapar la flor amarilla, que juega con el pelo de margarita, y verás cómo se oscurece todo). Sólo te falta aquel vaso de plata con flores que tenías por tu cuarto.

    Últimamente va de casualidades, pero me ha hecho gracia lo de Margarita porque en mi corcho -junto con el Caronte de Patinir que cruza con su almita la laguna azul, el Faetón cayendo en picado de van Eyck, y un recorte de periódico con el sol de la mañana de Turner- tengo a su hermana mayor María Teresa, toda toda de plata con un poquito de rosa. Y estoy harta de oir decir que cómo me gusta con lo fea que es (no hay color con Margarita, pero es otra maravilla, hasta los ojos tiene plateados y rosa, y la mano del pañuelo, y las flores que le rematan el peinado... es increíble)

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  2. Vaya. cb, qué comentario más bonito. A mí también me gusta mucho el cuadro de la infanta María Teresa y me quedé pasmado el otro día ante el de Patinir.
    ¡Y es verdad lo de la flor!
    Tenías que haber visto esta tarde, cuando iba a clase a las seis, el reborde de la tierra rosado por el sol poniente: ha sido un día maravilloso, casi de mayo, o un sol de noviembre de los que no estamos a acostumbrados a ver aquí.

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  3. Gracias, arp. Eres tú, que pintas muy bien.

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