viernes, 10 de agosto de 2007

En Valladolid (II)

El Síndrome Stendhal-Máiquez o síndrome Asagao (SMA; AMS en inglés) me está afectando como el año pasado en Austria.
No me lo esperaba: me hacía ilusión volver a Valladolid, pero estos días están siendo un continuo disfrute. Para colmo, hace un tiempo ideal.
Y qué contar: patios maravillosos por toda la ciudad, como el del Palacio de los Vivero (donde ¡atención al dato! se casaron los Reyes Católicos). El que es sobrecojonante es el Patio Herreriano, que también han restaurado. Es tan precioso que para compensar han puesto en él un Museo de Arte Contemporáneo. Todos los museos que veo hacen bueno al CGAC y este lo mismo. Pero el patio, qué patio, qué maravilla, qué sobrio, qué bien. Y así por toda la ciudad, patios sobrios, pequeños normalmente pero con una elegancia enorme.
El hecho es que hace unos diez años que me fui de Valladolid; salvo visitas esporádicas no había estado aquí con tranquilidad. Ahora me encuentro reconstruidos muchos edificios en ruinas de entonces. Mucho por hacer todavía, pero Valladolid, que destrozaron en los sesenta, da síntomas de mejoría dentro de la gravedad.
Y un montón de librerías. Han cambiado de sitio Margen. Fui hace dos días y el librero me reconoció; al lado, un buen amigo y autor de un gran blog (en la columna de la derecha), con el que pasé luego un rato largo hablando.
Me dejó un libro de Christian Bobin, Autorretrato con radiador, que me obliga a reformular el síndrome inicial, que a partir de ahora será síndrome de Stendhal-Máiquez-Asagao-Bobin (BAMS en inglés). Y cómo estoy disfrutando del libro de Bobin. Qué bien. Qué contento estoy. ¡Nuevo astro que surge!, diría el padre de Léxico familiar.
El demonio, como es tan remalo, se empezó a preocupar y me mandó a la grúa: 90 euracos para la saca del Ayuntamiento de Valladolid.
Y a mí qué, yo sigo muy contento. Más.

1 comentario:

  1. ¡Trocar campiños frolidos
    por tristes campos sin rego!
    ¡Trocar tan craras fontiñas,
    ríos tan murmuradeiros
    por seco polvo que nunca
    mollan as bágoas do ceo!...

    Sí señor, bien trocado. Te estaba haciendo falta, ¿no ves qué bien te sienta? Menos murmuradeiros y bienvenido a la tierra del "Castellano fino, al pan pan, y al vino vino". También hace al caso ese otro que dice "Lo que quiere Castilla, llover de noche y sol de día".
    Me gustan mucho tus entradas de Valladolid, y si te pasaras por Villalar, tierra de mi abuelo, ya sería la repera. Mi abuela también era vallisoletana, de un pueblo llamado Pollos, y allí nació mi madre, pero nunca lo decía porque en el colegio en Madrid le hacían burla. Ya ves.

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