jueves, 20 de septiembre de 2007

La lluvia alegre de Pimentel

El poema de la lluvia que tanto le plugo a Trapiello es este de Pimentel, que sigue a otro sobre el verano ('Vrao'), el que habla de los vencejos con una sinestesia y comienza con 'os brancos cabalos do estío' (los blancos caballos del estío).
Y estamos en Lugo, en los años cuarenta quizá o cincuenta o antes, no se sabe, años tristes, qué duda cabe, salvo para niños de Compostela como Miguel d'Ors, que era niño y era feliz.
Ha acabado el verano y espera en Galicia un invierno triste, gris, hecho de harapos ('farrapos'), pero los harapos los queman los peregrinos al llegar a Santiago (Pimentel lo repite en varios poemas).
La idea que yo me hago: el poeta y su mujer, en casa propia, aunque pobre (incluso mísera; la tierra lo es: Galicia, y es un tema tremendo en su obra, los niños pobres muertos sobre todo), no añoran el verano, de hecho con la lluvia se alegran, solos los dos. No hay que pensar en el sol, que queda detrás (supongo que esto dará para varias explicaciones, desde las más biográficas a las políticas): ella, sin nada, desnuda, lo alumbra ('aluma') todo. Ellos dos, solos.
INVERNO
Deixarás caer as túas ricas roupas
sobre iste chao miserento.
Estamos na máis humilde casa.
Pola única ventá
contemplamos os farrapos diste día ditoso.
A chuvia bórranos
-pra ledicia nosa-
os brancos, os luminosos
cabalos do estío.
Non queiras pensar
que sobre iste ceo de mendigo
existe una xoia brillante.
Estamos rodeados
dunha natureza misrenta.
Esta paisaxe
xa a presentimos algunha vez.
Viñemos eiquí
por un raro pracer.
I unha estrana dita
rodéanos agora.
Iste é o inverno,
un pequeno inverno,
pra nós solos.
A porta está pechada.
A casa está envolta
por una chuvia en silencio.
Solamente dun solitario árbol
tirouse un paxaro,
coma unha bola de sombra,
sobre a tarde farrapenta.
Nistos recantos probes
desta mísera estancia
brillarán as túas ricas roupas.
¡Aluma iste mísero
e gozoso día
cos teus seos,
cas túas coxas pulidas
por unha soedade ditosa!

2 comentarios:

  1. Gran poema, sí señor. Y muy bien introducido, que todo contribuye.

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  2. Grandísimo poema. Me encanta cómo fluyen las imágenes y esa tranquilidad, ese detalle de silencio que me regala. Me gusta mucho. Muchas gracias por descubrírnoslo.

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