Ante los elogiosísimos comentarios que recibo, continúo con más bríos en mi labor de la crítica artística.
Salía de lo de los cromos mosqueado y se me cruzó por la mente la idea -mala- de robar algo (el robo como una de las bellas artes). No sé si estaría suspicaz, pero me parecía que todos los vigilantes (con camiseta) me miraban; quizá es que el segurata les había avisado. Visto lo que había, decidí que no merecía la pena y me fui para abajo. Podéis sacar las moralejas que queráis de todo esto.
Había una exposición llamada O futuro da actualidade (sugerentes, los títulos del CGAC). A la entrada, unos textos tipo caligramas que parecían (luego me di cuenta, o quizá no sea así) tests de Rohrschah. Al otro lado cinco pantallas con vídeos en bucle (3 segundos) en los que se veía The End. Era el final de cinco películas, supongo que conocidas, aunque bien pensado sería mejor que fueran cinco finales de películas que no conoce nadie, en plan rollo nihilista-cinéfilo. Más adelante una tal Dora García ponía revistas antiguas y debajo títulos como "esta la leía cuando tenía 14 años" (no es textual). (Bostezo)
Enfrente, apareció un grupo de niñas guapísimas, de entre tres y siete años, con vestidos de nido de abeja, que consiguieron que el nihilismo ambiente se diluyera. El grupo de padres -a los que habría que quitar ipso facto la patria potestad- las habían llevado al nuevo templo del arte para que les entrase por ósmosis la cultura (veis que estoy intentando pensar bien). Una de ellas tenía puestos los cascos, así que yo me dediqué a mirarla, en vez de fijarme en lo que había en la pantalla, de Suso Fandiño: un molino de viento manchego. La instalación se llama 9/11 y habrá que concederle una segunda oportunidad, cuando pueda oír lo que se oye por los cascos.
Por ahora me quedo con la imagen de la niña, con pinta de haber sangrado por la nariz, con los cascos puestos y su hermoso vestido de nido de abeja. ¡Poder mirar el arte así, como un juego de los mayores, sin darle importancia!
Criticas el CGAC, pero lo cierto es que eres uno de sus visitantes asiduos y tus exposiciones te atraen, aunque después las descalifiques.
ResponderEliminarBastante diferente fue nuestra visita a la exposición de Fernando Biarge el sábado pasado en Huesca. Son fotografías fáciles de ver, que no están apenas potenciadas o embellecidas por programas informáticos, y honestas con la realidad que fotografían. Sé que lo que veo se parece mucho a la apariencia de la realidad. Más que fotos de paisaje creo que son fotos de geografía humana o antropología. Muchas de las fotos que se relacionan con la provincia de Huesca son suyas, y son lo que son, bien encuadradas, bien iluminadas y fáciles de ver. Te dejo un enlace de la exposición, en la que, como otras veces, estábamos casi solos mi mujer y yo.
ResponderEliminarYa que has rescatado de tu blog estas entradas iré leyéndolas, y, a punto de ser pesado, comentándolas, algunas.
Un abrazo
http://www.dphuesca.es/index.php/mod.pags/mem.detalle/idpag.50201/idmenu.1059/seccion.portal/chk.02f70e0aa458835f3fe6e7a57d8c0ab1.html
Excelentes fotos las de Fernando Biarge. Me han gustado mucho.
Eliminar