Estoy muy contento de mi propósito de 2004 de no hablar de política: me he librado de opinar de un montón de tonterías que hemos tenido que padecer últimamente (la última ayer). No voy a romper esa línea, pero aprovecho algo que salió en el debate.
Según Erkoreka (del Partido Nacionalista Vasco) los vascos son una nación distinta de los celtíberos (esto dicho con desprecio), lo cual me recordó, claro, un artículo de Fernando Wulff Alonso (en el libro de Historia y mito que ya mencioné) sobre la manipulación del pasado hispánico por parte de figuras como Schulten, un sabio alemán que pasó mucho tiempo por el mayor experto en la prehistoria ibérica (hasta que se desmontó todo su tenderete). En realidad era un caradura para el que la mayoría de los españoles eran celtíberos, africanos palurdos, de lo que deducía interesantes caracterizaciones raciales (y racistas).
Esto va en paralelo con la idealización de lo céltico en Galicia (para distinguirse de los celtíberos africanos). Por ejemplo, Curros Enríquez, uno de la trinidad de los dioses de la literatura gallega moderna, con Rosalía y Pondal) afirmaba que los gallegos, celtas, fundaron Grecia:
Preguntade ós héroes na Ilíada cantadosde qué raza veñen, de qué terra van,i os ventos das naves en que son levados,de aromas de xestas e fiúnchos cargados,diránvos que chegan do céltico chan.
El céltico chan (=suelo céltico) es Galicia, que tiene la gloria de haber fundado Grecia, por si no os habíais enterado. Todas estas bobadas, por absurdo que parezca, están en la base de todas las reivindicaciones nacionalistas.
Mejor no opinar.
Más datos en J. J. Moralejo, "De griegos en Galicia", en Epieikeia. Homenaje al profesor Jesús Lens Tuero, Granada, 1999, p. 327-358).
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