En el Palacio de Ambras la visita a las salas de "maravillas" fue como recordar el Wunderkammer del KHM en Viena en pequeño. Muy entretenido. Por ejemplo esta calavera de una sola pieza de madera:
Había muchas cosas de coral:
Y luego un escritorio con el texto del salmo bien visible y también la firma del autor:
Un cerdo gigantesco en tamaño natural, del siglo XVI, pero que parece arte contemporáneo:
Estos abanicos eran bien llamativos, de Malasia, del siglo XVI también:
El enigma de una cornamenta de ciervo metida en el tronco de un árbol:
Para hacer bromas de dudoso gusto en el siglo XVI, manzanas y peras de piedra:
El cerdo es una hermosura.
ResponderEliminar¡Sí! A mí me gusta mucho
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